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Arreando al Elefante | Intolerancia a modo

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Ana María Vázquez

La encendida retórica de Alatorre en TV Azteca, en la que, enfático y teatral mostraba “los peligros del virus” del comunismo en los libros de texto, me recuerdan a la Guerra Cristera, o la represión de los años 50, en las que se clausuraban los “asquerosos centros de vicio”, los espectáculos “indecentes, plagados de invertidos” y el nacimiento de la Legión Mexicana de la Decencia, para rescatarnos de la inmoralidad de por ejemplo: “bailar de cachetito” ¡Impensable!. La iglesia y el estado iniciaron la represión para “proteger al país de las amenazas del sistema”, auspiciadas, por cierto, por empresas como Coca Cola.

A medida que los gobiernos pasaron, cada presidente fue dictando su límite de tolerancia y a fuerza de billetazos o de multas el gobierno “moderaba” a los medios, consciente de su influencia en la opinión pública. Con la llegada de Vicente Fox, se aprueba la “Ley Televisa” y se libera el espectro, el control gubernamental, disminuyen las multas y el riesgo de arrebatar concesiones queda técnicamente abolido, dando a TELEVISA y AZTECA, una renovación automática y preferencial cada 20 años, lo suficientemente amarrada legalmente para que no pueda ser retirada nunca; más aún, cada empresa puede subrogar el espectro a voluntad. Cuando la “guerra de Calderón” comienza a salirse de control, la única alternativa que tuvo Felipe Calderón para callar a los medios fue el “Pacto de Silencio”, construido a través de más concesiones, arreglos económicos, bonos y participaciones para silenciarlos. Con Peña, la carga de billetes solo contuvo 3 años las feroces críticas a su mediocridad. Con el presidente Obrador, la cosa fue diferente; atado de manos por razones legales y de convicción para regular a los medios, optó por ejercer la libertad que ellos asumieron como libertinaje. Con las arcas cerradas, la radio y televisión se han dedicado a destrozar la imagen presidencial olvidándose que no es la persona, sino el representante de la nación al que denuestan día con día y dejando del lado los incontables logros en su sexenio. Como sociedad, lo que tú y yo podemos hacer al respecto es apagar los medios públicos, voltear a los medios alternativos.

 

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