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Ana María Vázquez
La presentación del llamado Frente amplio me recordó mucho las viejas fiestas en las que se celebraba que la quinceañera cumpliera años y el padre iniciaba el festejo con un discurso cursi que iniciaba más o menos así: Mi bella florecita, hoy que haces tu presentación a la sociedad… y la sociedad eran los cuates, colados, vecinos y gorrones.
La “sociedad” del Frente es bastante parecida a eso; gorrones como Belauzarán; la vecina argüendera; la que se cree fifí y ni en su estado la conocen, en una “fiesta” más vacía que el interior de un coco, llena de arengas y denuestos (repetitivos y manidos), con un vestido muy pomposo (el hotel de 5 estrellas en el que se presentaron), pero carente de forma y sobre todo de fondo.
Sin estructura, a las prisas porque Morena “les gana la carrera” cuando ni siquiera han empezado las elecciones. Robando, para no variar, el método, pretenden hacer creer que las miradas del pueblo (¿cuál? ¿al que ellos desprecian y han despojado?), serán las que elijan al vencedor que se hará cargo de conducir la “derrota de Morena” (léase esto último en un falso tono triunfalista). Mirando a la gente que estaba en el templete, pensaba que en algún momento se caerían por el peso de tantos delitos acumulados en una sola toma pero no fue así, en algo todavía los favorece la fortuna.
No hubo baile de XV, pero sí una sobremesa con algunos “elegidos” en el que el orgulloso padre, el señor X, sonreía, incluyendo al maleducado que jamás se quitó el sombrero y de cuyo nombre no quiero acordarme. Ahí, se puso de manifiesto el excluyente método de recolección de 150 mil firmas para poder participar, con lo cual ya deja claro que solo el que tenga el dinero suficiente podrá acceder al dedazo disfrazado de “competencia popular”.
La venganza, dicen, es un plato que se come frío y Creel ya está demostrando que la oscura cargada será para el no tan quinceañero al que muchos le deben favores como su voto a favor del FOBAPROA, los permisos para casinos o los 20 mil millones del Fideicomiso Aduanas de Nafin que junto con Gil Díaz, cobró el panista por tramites de derecho aduanal en 2006, según documentó la revista Contralínea.
