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En el caso del niño que se suicidó por Peso Pluma y el que disparó en la escuela ya había antecedentes que no detectaron
DEYANIRA CARMONA
GRUPO CANTÓN
CIUDAD DE MÉXICO. – El cuerpo del niño de 11 años fue encontrado colgado de un árbol en su casa ubicada en Coahuila, un día después de que su padrastro le pidió que dejara de escuchar los corridos bélicos del cantante Peso Pluma.
Al día siguiente, el hombre al despertar buscó al menor, pero éste ya se había quitado la vida.
“¿Realmente el niño se suicidó porque no lo dejaron escuchar a Peso Pluma?”, preguntó BASTA! a Juan Martín Pérez García, coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, proyecto creado en 2016 que busca contribuir al fortalecimiento y la consolidación de una plataforma de defensa y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes en la región.
“En realidad no considero que el niño se haya suicidado por ese motivo; posiblemente exista una estrategia de marketing por parte del mánager de la banda, sin embargo, lo que sí considero es que el niño no lo hizo por ese hecho, más bien, lo hizo porque ya había antecedentes atrás, es decir hubo otros factores que lo motivaron a quitarse la vida y anteriormente tuvo que haber presentado síntomas”, comentó el especialista.
Pérez dijo que hasta el momento no hay una evidencia científica que exponga que la música provoque en los infantes conductas violentas, más bien señaló que “un producto cultural es una narrativa ante el silencio de las autoridades” y que no hay una forma de “justificar que un suicidio se dé por escuchar una canción”, expuso.
También comunicó que la industria cultural es hipócrita, ya que ha construido un negocio multimillonario con la mitología del narco, misma que per[1]mite al gobierno no asumir su responsabilidad ante ello pues es más fácil entretener.
“La música justifica al militarismo, al negocio de la guerra, como la trata de personas, extorsión, narcotráfico, etc.”, señaló. Por otro lado, respecto al caso que se presentó en el Estado de México, donde un estudiante de secundaria de 13 años, tras un desacuerdo con su profesor de matemáticas, sacó un arma de fuego y disparó en repetidas ocasiones e hirió a un conserje, expuso que los actos de violencia en niños y adolescentes “es responsabilidad absuelta del entorno en el que se desarrolla” y comentó que seguramente el niño es víctima de violencia.
“En este caso las autoridades tienen que hacer una valoración de la familia para saber si el menor es educado en un hogar adecuado, no podemos olvidar que México es un país que está viviendo violencia armada en todo el territorio; hay 16 millones de armas ilegales circulando en el país y se ha construido una narrativa en torno al narco”, enfatizó.
También comentó que el aumento de violencia en las escuelas también es un problema en la educación y en las instancias educativas en el país, pues los estudiantes deben de contar con un canal que les permita denunciar cualquier anomalía y apuntó que alrededor de “30 millones de estudiantes en México no tienen un canal”. ¿Cuál es el factor que ocasiona que cada vez con más frecuencia menores de edad porten armas?, se le preguntó al especialista.
“México invierte más en la guerra que en medicinas, que en tratamiento para niños con cáncer, el gobierno mexicano también es responsable y se necesitan acciones preventivas; la primera es informativa (los niños no son violentos, sino el entorno es lo que los vuelve vio[1]lentos), explicativa (podemos resolver los conflictos sin violencia); de prevención preventiva y focalizada, (no resolver la violencia con más violencia”, confirmó el especialista.
“Es necesario que se identifique a los menores que son violentos y se les atienda, no que se les regañe y es responsabilidad del gobierno mexicano, de directivos, docentes y sobre todo de padres de familia”, finalizó.
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