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Salvador Guerrero Chiprés
El instinto de todo ser es sobrevivir, aun por encima de los naufragios de sus propios barcos. Algo grave ocurre en el Estado de México y casi nadie quiere hablar de ello: servidores públicos han dejado de recibir su salario, por ejemplo, los bomberos ausentes en la atención de incendios en el estado vecino. En la zona boscosa de Tejupilco el siniestro fue atendido por ciudadanas y ciudadanos más que por los apagafuegos y la voz corrió como el mismo proceso de liberación de energía que es del fuego sobre maleza seca.
El 26 de abril se reportó la conflagración en el Cerro Mazatepec, que afectó unas 300 hectáreas de bosque y dos casas. El fuego lo combatieron personal del Ejército Mexicano, que aplicó el Plan DN-III-E, algunas
Brigadas de Sofocación y “autoridades estatales”.
Los bomberos del municipio dicen que no hay pago y equipo adecuado “porque del gobierno ya se va y no hay dinero”. En la víspera de la elección en el Estado de México, hay desánimo generalizado dentro de las filas de las y los trabajadores, especialmente la última de estas cinco generaciones quienes vivieron casi un siglo bajo el PRI como partido en el gobierno.
El desaliento existe también entre los promotores de la campaña de la candidata priísta: “no hay dinero”. Ni habrá. El calor alcanzó al PRI en el Edomex. Aunque algunos chats proclives a los aliancistas insisten en lo opuesto, la evidencia del naufragio de todo el gobierno y la inminencia de la derrota son contundentes. Hay fuego en el estado. Los partidos aliancistas insisten este 3 de mayo en desplegar campaña de una
Línea 9 del Metro “en riesgo” dando crédito al sindicato, lo que nunca antes ocurría. Tanto el secretario de Obras, Jesús Esteva, como la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, les han contestado: no lo hay.
Mientras, el naufragio y el incendio Edomex.
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