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Alejandro Armenta Mier
A lo largo de la historia, en las sociedades se han creado diversas formas de organización de acuerdo a las necesidades. A través de los diferentes cargos sociales, políticos, económicos, religiosos, las personas aportaban un ser vicio a sus entidades, mismo que desempeñaban sin retribución como parte de una aportación que implica un sentido de pertenencia a la misma sociedad.
Se trata de ciudadanos dispuestos a aportar a la sociedad en la que viven con el fin de beneficiar a su persona, sus familias y sus comunidades, brindando la oportunidad de una mejor calidad de vida y construir para ellos un mejor futuro y con oportunidades de desarrollo para ellos y para futuras generaciones.
De ahí la importancia que las sociedades civiles y otras formas de organización tradicional como el tequio y la mayordomía, por mencionar algunas, ejerzan como derecho el realizar trabajo social comunitario, un derecho que tienen las localidades, secciones, inspectorías, rancherías, juntas auxiliares; de organizar, promover y atender necesidades sociales que tienen que ver con el arreglo o mejora de sus vialidades, escuelas,
casas de salud, caminos y demás obras que coadyuven en la mejora de su sociedad.
Por ello, presentaré una iniciativa en la que la sociedad civil organizada a través de sus diversas acepciones tenga la facultad de atender y resolver por propio derecho los casos de obras públicas y servicios relacionados con las mismas.
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