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Un hombre y una mujer, se arrojaron a las vías del Metro para terminar con sus penas
Deyanira Carmona.
“¡Para qué sigo viva, si ya no le encuentro sentido a la vida, no es la primera vez que siento esta incertidumbre en el pecho!”, pensaba Samantha “N”, mientras caminaba entre los pasillos de la línea B del Metro.
“¡Siento que ya no puedo con esto; la ansiedad y la tristeza hacen que pierda la cabeza, tal vez este mundo estaría mejor sin mí!”, se dijo la joven parada a un costado de la línea amarilla, en la sección de mujeres, frente al letrero de la estación que decía Plaza Aragón.
INTENTO DE SUICIDIO
De repente vio como poco a poco el convoy se acercaba. “¡Es ahora!”, dijo entre dientes y, sin pensar, brincó a las vías.
“¡Dios mío, se aventó!”, “¡Deténgase, deténgase que la chica se aventó!”, gritaban testigos al ver que el primer convoy estaba a punto de aplastar a la joven.
De inmediato salió el conductor del tren “¿Estás bien?”, preguntó, pero la joven no respondió, por lo que inmediatamente llamaron al número de emergencia 911 y minutos después llegaron al lugar paramédicos de la Dirección de Protección Civil de Ecatepec. “Abran paso, abran paso, por favor”, gritaba el personal de salud luego de sacar a la joven de las vías y trasladarla en una camilla al helicóptero Jaguar 1.
“Vamos a aterrizar en el deportivo Jardín Guadalupano, llevamos a un joven de 18 años con heridas de gravedad”, dijeron por radio y, minutos después, aterrizaron en dicha ubicación para luego trasladarla al hospital del ISSSTE, en el municipio de Tultitlán.
Samantha sufrió una fractura en el pie derecho, traumatismo de tórax, abdomen y piernas, pero la jovencita no perdió la vida.
METRO CONSULADO
Esa misma mañana, parecía que la muerte rondaba en el Metro, acercándose a todos aquellos que la llamaban, pues en la estación Consulado otra catástrofe se avecinaba.
“Como les voy a decir que tengo VIH, ya nadie me va a querer, soy un asco, no valgo nada” se repetía una y otra vez Daniel “N”, con tan solo 15 años de edad, mientras bajaba las escaleras para tomar el transporte.
“Desde ayer lo estabas pensando, ten el valor de hacerlo Daniel, de todos modos si no es ahorita después vas a morir por la maldita enfermedad”, repetía una y otra vez el joven mientras observaba las vías del metro.
“¡Perdóname mamá, yo no quería hacerlo!”, dijo entre dientes cuando observó que el convoy se acercaba, fue así que rápidamente aventó su mochila color rojo y de un solo brinco cayó en las vías.
Varios usuarios al ver la acción del joven trataron de evitarlo, pero ya era demasiado tarde, pues el primer convoy ya lo había arrollado, “Dios no puede ser, ¿Por qué permites esto mi señor?!”. Dijo una testigo.
PARAMÉDICOS
Testigos solicitaron el apoyo de los vigilantes del Metro, quienes minutos después arribaron en compañía de paramédicos y de bomberos y lograron rescatar al jovencito aun con vida, para trasladarlo a un hospital de la zona.
“El joven sufrió una fractura de miembro pélvico izquierdo y también cuenta con varias heridas en la cabeza”, comentó el doctor a sus familiares, quienes fueron notificados por los oficiales.
TESTIGOS
“Yo vi cuando el chico se aventó a las vías, todos los usuarios nos asustamos, pues estaba tranquilo como todas las demás personas, cuando de repente se acercó a la orilla y cuando pasó el tren se aventó. Todos le gritamos al conductor que se detuviera, sin embargo, sí logró arrollarlo. Ya después nos desalojaron de la estación para que pudieran rescatarlo”, dijo Araceli “N” a Diario BASTA!
“Pobre muchacho, es apenas un jovencito, la sociedad debería de ver qué está haciendo mal, porque cada vez más jóvenes desean terminar con su vida, ojalá y encuentren el camino”, comentó la señora Dionisia al ver que Daniel se aventaba al Metro, pero afortunadamente a él y a Samantha la vida les dio una segunda oportunidad.
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