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El “ministro millonario” Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, es señalado por condonar impuestos a empresarios hasta por 120 mmdp, ¿a quién le rinde cuentas?
Enrique Sánchez Márquez
El autor del libro “Padre Rico Padre Pobre”, Robert Kiyosaki, estaría extasiado de las maravillas financieras y la fortuna millonaria que ha logrado el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena en su cuestionada carrera, quien ahora va por la “bolsa” mayor con su pretensión de alcanzar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
En su obsesión de alcanzar la titularidad del más alto tribunal judicial del país, Ortiz Mena trae a sus espaldas un poderoso grupo político conformado por su tío Carlos Salinas de Gortari, Manlio Fabio Beltrones, Pedro Aspe y Emilio Gamboa Patrón, entre otros.
No es la primera ocasión que lo hacen con éxito, porque ya en noviembre de 2012, a propuesta del expresidente Felipe Calderón y también con acuerdo previo con el PRI -Beltrones y Gamboa-, fue designado ministro de la SCJN.
Kiyosaki sostiene como tesis principal que para hacerse rico, el dinero tiene que trabajar para él y en este caso el ministro no solo pone a trabajar el dinero, sino a instituciones completas incluyendo a todo su personal. Tan solo un caso resulta ejemplificador. A su paso por el SAT, de octubre de 2003 a diciembre de 2006, donde fue Administrador General Jurídico, y posteriormente, Administrador General de Grandes Contribuyentes del SAT, seguidamente de julio de 2008 a noviembre de 2012 como jefe del Servicio de Administración Tributaria, hubo una desmesurada condonación de créditos fiscales por más de 120 mil millones de pesos en favor de grandes empresas.
En una investigación especial de Diario BASTA!, se revela que presuntamente está vinculado a una red de prestanombres. En un esbozo generalizado Ortiz Mena ha sido vinculado a una red de prestanombres, del PRI y del PAN, además de mover recursos de empresas factureras como Delaney Morgan y Grupo Empresarial Satevo, sin contar otras compañías, como la denominada Dos Torres Capital, considerada por el SAT y la UIF como empresa fantasma con manejos estimados en 230 millones de pesos.
El ministro, de cuna rica acostumbrado a lujos y de gustos exquisitos, siempre ha sido proclive a integrarse a grupos de poder con quienes a su vez
les corresponde con resoluciones en su favor. Hábil para ubicarse en el centro neurálgico de grandes decisiones y resoluciones de gran calado, Ortiz Mena fungió como director general de Banamex en 1988 a 1991, en la etapa previa su reprivatización donde el 30 de agosto de 1991 se firmaron en Palacio Nacional los contratos de compraventa de Banamex, como parte de la reprivatización de la banca en el mandato de Carlos Salinas de Gortari.
Datos de su trayectoria revelan su negativa para atender observaciones y recomendaciones de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, además de realizar embargos precautorios que ya estaban declarados inconstitucionales por la SCJN.
Posteriormente durante la administración de Felipe Calderón, agencias americanas le presentaron al entonces jefe del SAT, hoy ministro Ortiz Mena, pruebas contundentes contra Yarrington, pero se rehusó a proporcionar la información respectiva para proceder en contra de dicho exgobernador priísta por lavado de dinero, razón por la que no fue juzgado por ese delito en México. Desde siempre ha sido integrante de poderosos grupos político-económicos del PRI y del PAN y a los que ha favorecido desde los cargos en los que ha sido colocado por ellos; lo notable a últimas fechas son las visitas de Emilio Gamboa a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, operando muy de cerca la candidatura de su amigo Ortiz Mena en la carrera por la presidencia de esta institución. (CONTINUARA)