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Gerardo Martino planteó un partido estratégicamente para no conseguir los tres puntos ante Argentina; esperaba un empate, ahora necesita de un milagro
Carlos Horta Martínez.
Desde que se designó a Gerardo Martino lo escribí en otro medio, el Tata no era el entrenador ideal para la Selección Mexicana, simplemente por dos sencillos ejemplos: el haber fracasado con Argentina en dos Copas Américas y su participación frustrante con el Barcelona, teniendo en ambos equipos, al que es uno de los mejores jugadores de la historia: Lionel Messi.
Al Tata se le debió de cesar cuando no se le pudo ganar a Estados Unidos en el estadio Azteca, nuestra casa, donde tampoco se le pudo ganar a Costa Rica y a Canadá. Ahí era el momento para echarlo; había tiempo para buscar a otro seleccionador, porque realmente el argentino nunca demostró compromiso con el Tri.
Y así lo demostró ante su Argentina…el Tri jugó para no ganar el encuentro. Entregó tácticamente el encuentro ante una Albiceleste medianita, que aprovechó el poco espacio que tuvo Lionel Messi para perforar la portería defendida por Memo Ochoa.
Los mismos cronistas ches, lo dijeron durante el partido, en el momento de los cambios de Martino: “Gracias Tata”.
¿Qué pretendió con mover al Chucky Lozano? Ya no digamos la convocatoria de Raúl Jiménez, sino hasta meterlo ante Argentina, sabiendo que no estaba en óptimas condiciones. ¿Qué le hizo pensar que un jugador sin ritmo de juego por más de cuatro meses, iba a convertirse en el héroe del partido? ¿Y el Piojo Alvarado? Cuando no es ni una estrella de nuestra lamentable Liga MX ¿Por qué no vi en el campo a Edson Álvarez? Al ser uno de los mejores mexicanos que están en Europa.
El seleccionador mexicano prescindió de un centro delantero y del contención titular, con un planteamiento que funcionó hasta el minuto 40, cuando llega la lesión de Andrés Guardado, pero fue más por el bajo nivel de Argentina, que hasta este momento no tiene nada que hacer para disputar por el título.
En el caso del Tri, no le alcanza para generar juego ofensivo, sin ataque. El Chucky Lozano, por un lado, Alexis Vega por el otro, y nadie más que los acompañara, a 70 metros de la portería rival.
El Tata Martino, no tenía ni un plan para sacar a flote al Tri, cuando debió de haber estudiado todas las posibilidades que se le presentaron en el encuentro. El mayor culpable es el entrenador. Él decidió quitar a Edson Álvarez, también, el de no convocar al mejor goleador mexicano en Europa, Santi Giménez.
Ahora, se dice “si le ganamos por tres a Arabia Saudita, estamos calificado”, una ilusión falsa, ya que el Tri no genera jugadas de gol y por consiguiente aún ni tiene gol en Qatar 2022, para ser la única selección de Concacaf sin haber marcado todavía en la justa.
Desde el Mundial de 1994, la Selección Mexicana ha podido avanzar a octavos: siete Copas del Mundo consecutivas avanzando a las fases finales, y en algunas ha estado muy cerca de trascender más allá, pero esta vez, el Tri está más cerca de la eliminación que de poder conseguir el boleto.
¿Qué pretendía Gerardo Martino, con una línea de cinco, sistema que nunca tuvo buenos resultados, ni en 2021 ni en este año?
Se entregó el partido, y ahora dependen de una victoria ante Arabia Saudita, con un número de goles en particular, o rezar para que Polonia venza a Argentina y ganarle por cualquier resultado a los árabes.
La Selección Mexicana, del Tata Martino podría terminar con un punto y cero goles anotados, algo nunca visto. Se le trajo para que el Tri pudiera trascender, pero ahora su legado es tres derrotas ante Estados Unidos y quizás la peor participación de México en Copas del Mundo.
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