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Crónica: la “mala costumbre” de la Tierra por sacudirse en 19 de septiembre

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Apenas minutos después del Simulacro Nacional que se realiza cada 19 de septiembre para conmemorar los terremotos de 1985 y 2017, un nuevo sismo magnitud 7.7 golpeo gran parte del centro de México 

Xavier Villegas

Ciudad de México.- Desde hace un lustro, el 19 de septiembre cobró un nuevo significado en la vida de los mexicanos. Hoy se conmemoran 37 y también cinco años de las tremendas sacudidas que la tierra nos dejó en la Ciudad de México. Por alguna razón está fecha ha decidido con persistencia, instalarse en el colectivo social, recordándonos de manera constante y hasta macabra que ha sido el día elegido por el destino, el universo o que se yo, para cimbrar las entrañas de nuestra geografía nacional.

Habían pasado cerca de 56 minutos del simulacro, en la atmósfera aun se percibía nostalgia, tristeza, dolor, por los que se adelantaron en el camino tanto en ese lejano 1985, y en 2017 . Mientras todo esa cascada de sentimientos se paseaba por las mentes de los que hoy recuerdan a sus seres queridos, la ironía de la vida se hizo presente. La tierra se volvió a sacudir un 19 de septiembre, pero ahora en 2022.

Itzel, vecina de Ecatepec en el Estado de México estaba en su casa, disfrutando de los sagrados alimentos, al principio pensó que se trataba de un simple mareo, su incredulidad quedó hecha añicos cuando se percató que el plato de consomé del que disfrutaba se movía de manera muy singular, al igual que las puertas, las persianas y los cuadros de su hogar.

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Con temor, Itzel y sus padres se percataron de la manera en que se intensificaba el movimiento telúrico, lo que les obligó a acercarse a una columna aledaña a la barra donde usualmente comen, a esperar a que cediera el sismo mientras se escuchaba el crujir de los muebles.

En el mismo vecindario, la señora Laura estaba en casa viendo televisión como parte de la rutina implacable de la cual nadie se escapa, cuál sería su asombro al ver en la pantalla la frase: alerta sísmica”, ante dicha advertencia su hijo Christian no dudó en decirle que salieran de la casa. La señora Laura no esconde su temor a los sismos, debido a que la remontan al terremoto del 85.

Al salir de casa, su temor se incrementó al sentir como escalaba la fuerza del temblor y ver la manera en que se sacudían los autos y los árboles de las casas de los vecinos, pero también se instaló en ella la preocupación por la integridad de sus familiares.

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