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México, es la segunda nación con alza en el costo de vida en Latinoamérica: minoristas se ven afectados por la inflación.
Redacción Grupo Cantón
La inflación en varias partes del mundo y en Estados Unidos está en aumento, y en algunos países de Latinoamérica está desatada. Los consumidores están sintiendo la presión de los aumentos de precios en todo, desde alimentos y gasolina hasta muebles y automóviles.
Ante el aumento de los costos y las presiones de los márgenes, los fabricantes y minoristas de bienes de consumo masivo (CPG) se han visto obligados a aumentar los precios. Esta tendencia comenzó alrededor de julio de 2021 y se aprecian cambios en los comportamientos de compra.
La Cepal, organismo dependiente de la ONU, reportó una inflación general del 7,2 por ciento en Latinoamérica, sin considerar los 4 países con inflación crónica que hay en la región.
“Este número está muy por encima de las metas de los bancos centrales respectivos”, señala Mike Guerra, senior director de estrategia de industria para las Américas en la empresa Blue Yonder, quien agrega que la región tendrá la inflación más alta del planeta este año.
Esto está pasando en las mayores economías de la región: el costo de la vida en Brasil se alzó el 10,74 por ciento y en México un 7,36 por ciento en 2021. Le siguen Chile con un 7,2 por ciento, Perú con un 6,43 por ciento y Colombia con un 5,62 por ciento. “Claramente los precios de la comida, la gasolina, el gas y la energía eléctrica son los que lideran las subidas inflacionarias”.
Estos cambios no solo afectan los precios al consumidor, sino que también tienen un impacto directo en los planes de comercialización para los proveedores y minoristas de CPG, por igual. Menos helado por paquete significa paquetes más pequeños y esto, a su vez implica que los planogramas de espacio y mercadeo de productos existentes ya no funcionarán.
Una encuesta mostró que el 49 por ciento de los consumidores planea cambiarse a marcas de menor precio debido a preocupaciones por la inflación. Tendencia que se espera en 2022.
“Así es como los fabricantes de Productos de Consumo Masivo (CPG por su sigla en inglés), y las marcas de presencia nacional están respondiendo con una reducción de los tamaños de los envases para ocultar los aumentos de precios al consumidor medio”, dice Bonnie Milam, product marketing director de la aplicación de consumo Blue Yonder.
Es una práctica conocida como “inflación por contracción”, señala, en la que los artículos mantienen el mismo precio mientras que el tamaño del empaque se hace más pequeño. Algunos cambios son poco perceptibles y no afectan la apariencia, limitándose sólo a actualizar la cantidad o el peso impreso.
Un par de ejemplos en Estados Unidos: Frito-Lay’s redujo las bolsas regulares de Dorito’s de 9.75 oz a 9.25 oz lo que probablemente es indistinguible para el consumidor promedio. Pero cuando el helado Tillamook redujo su tamaño a un envase de 48 oz (antes 56 oz), el cambio fue evidente. El precio se mantuvo igual, pero ahora los consumidores pagan un 15 por ciento más por onza.