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Javier Cerón Espinosa
Las cosas en el Sindicato de Trabajadores Petrolero de la R.M., se ponen al rojo vivo y hay lentitud en las autoridades laborales para desahogar las denuncias por todas las anomalías del proceso electoral en 12 secciones sindicales, donde se espera que una respuesta y no sólo se trate dar “atole con el dedo” a los trabajadores.
Está más que claro, que desde la estructura del STPRM, que comanda como dirigente interino Miguel Hernández Limón, a la salida de Carlos Romero Deschamps, la mayoría de los trabajadores petroleros confiaban en que cambiaría el estado de cosas, que desterraran la imposición y el autoritarismo, pero los resultados han sido los mismos, con y sin Reforma Laboral, aunque las autoridades afirmen que “… no ponen ni quitan líderes”, pero tan solo en la sección 34, donde ganó Héctor Sosa, es el ejemplo de que los “caciques” siguen controlando e imponiendo sus condiciones. Ya están las denuncias de todas las irregularidades de las secciones sindicales, y ahora esperan una respuesta concreta y contundente para echar abajo los candidatos que incurrieron en viejas prácticas fraudulentas. Esto es una prueba de fuero para la Reforma Laboral que ya empieza a tener tropiezos como los que se han enfrentado con contrato colectivo de trabajo de la General Motors, donde también se ha dado la injerencia externa de sindicatos y actores ajenos a los trabajadores y esto está convirtiendo a los sindicatos en un “botín” dirigentes que buscan el poder y control de los trabajadores.
Viene otro proceso importante como el del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, que comanda Víctor Fuentes, sempiterno líder que está sometido en la CFE, cuya legitimación del contrato colectivo de trabajo, está en la mira y donde pueden estallar protestas de los trabajadores.
