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Mancera debió asumir la responsabilidad de la Comisión para la reconstrucción.
Omar Montalvo
Ciudad de México. – En entrevista para Diario Basta! el primer titular de la Comisión para la Reconstrucción de la Ciudad de México, Ricardo Becerra, por su experiencia considera que uno de los errores tras el sismo de 2017, fue que Miguel Ángel Mancera, exjefe de gobierno capitalino, no asumió la responsabilidad cómo titular de la Comisión.
Eso habría evitado conflictos cómo el de los senadores Mauricio Toledo Gutiérrez, Jorge Romero Herrera y Leonel Luna Estrada, quiénes se despacharon con “¡8 mil millones de pesos! haciendo a un lado a las necesidades reales de los damnificados, haciendo a un lado los resultados del diálogo con ellos y las prioridades de la Comisión” dijo Becerra, o el caso de Edgar Tungüi, segundo comisionado que fue acusado de desviar millones de recursos.
“Un gabinete que no es dirigido por la cabeza orgánica, acaba por no responder ni siquiera en los momentos más difíciles”, argumentó el excomisionado, quien renunció a su cargo en febrero de 2018 debido a que los senadores mencionados también se adjudicaron facultades de la Comisión que nos les competía. Además, Ricardo Becerra se negó a ser un comisionado que sólo sirviera a un partido político cómo era el PRD, pues él buscaba dar atención por igual a los damnificados.
La primera Comisión, expresó Becerra, desenredó los problemas más urgentes y ante su renuncia, destacó dos cosas que entregó al segundo comisionado, Edgar Tungüi, “las cinco prioridades inmediatas de la reconstrucción y el plan general, que ponía un orden y una lógica al ejercicio del gasto. Por supuesto, no los siguieron”.
También Becerra señaló que el puesto de comisionado fue débil porque se vio cómo un puente por la administración que ya se iba, dejando irregularidades y abusos. Agregó que uno de los pecados de la segunda Comisión es que por la falta de censos no se supo el número exacto de damnificados ni el tipo de daños o la estratificación que dieran una atención equitativa, aunque no demerita los logros de la actual Comisión.
Ricardo Becerra argumenta que para evitar una catástrofe deben de tomarse en serio los simulacros y señaló que ante la existencia de “edificios malditos”, construidos antes de los años 80, se debe hacer una revisión para hacerse cargo de sus vulnerabilidades, que podrían manifestarse en otra tragedia, pues son temas que deben estar en las políticas públicas de todos los días.
En relación a la Línea 12, rememoró que tras el sismo de 2017 el Comité de Emergencia capitalino, decía con insistencia que el metro es el lugar más seguro durante un temblor. “Es posible que sea cierto, salvo en la línea 12, que por lo visto fue hecha por fuera de la tradición y el rigor constructivo y administrativo del resto del sistema colectivo”, concluyó el excomisionado.
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