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Diego Cedillo
La “generosidad” que el presidente Salinas de Gortari mostró hacia sus amigos (todos entre los más adinerados del país), a quienes prácticamente remató los bienes de la nación, provocó –en entre otras cosas– “el saqueo más grande en la historia de México”, según el presidente Andrés Manuel López Obrador. Depredación que abrió la revista Forbes a los nuevos multimillonarios mexicanos, en dólares. Si en 1988 (inicio del sexenio salinista) sólo un mexicano aparecía entre los hombres más ricos del mundo, para 1994 (final de la gestión salinista), tras de la repartición de los bienes nacionales, ya había 24 en las listas de Forbes, especializada en quienes son los ricos entre los ricos.
Aquella depredación, al paso de los años, trajo como consecuencia que entre 2010 y 2012, el ingreso de los hogares más pobres se redujera en 3 por ciento, mientras que el de los más ricos se incrementara en 7 por ciento, de acuerdo a informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en términos de desigualdad y de concentración de riquezas en México, en los que observa que el ingreso promedio de 10 por ciento de los mexicanos más pobres en 2010 era inferior al de 1988.
En los seis años que Salinas de Gortari (1988-1994) estuvo como Presidente de México (1988-1994) se privatizaron y desincorporaron del Estado 390 empresas (63 por ciento de las existentes entonces). Al final de ese Gobierno, el número de mexicanos más ricos del mundo registrados por Forbes pasó de una familia (los Garza Sada) a 24 que en total sumaron casi 42 mil millones de dólares en 1994, año en que paradójicamente inició la crisis económica que sumió en la pobreza al 69 por ciento de los connacionales. De esos 23, nueve ya fallecieron.
Junto con los Garza Sada (regiomontanos) –los únicos que figuraban en la lista de los ricachones de Forbes–, comenzaron a aparecer Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego y Roberto Hernández, compradores de las empresas paraestatales Telmex, TV Azteca y Banamex, respectivamente. Salinas Pliego, de Grupo Salinas, es hoy uno de los asesores empresariales del actual Gobierno federal.
“Cuando llega Salinas aparecía en la revista Forbes, especializada en finanzas, sólo un multimillonario en la lista de los hombres más ricos del mundo, una familia, la familia Garza Sada. Con una tradición empresarial, pero era eso en el 88″, recordó AMLO el 21 de febrero de 2019.
Se refería a Adrián Sada González, de Vitro (1,300 millones de dólares); y los fallecidos Bernardo Garza Sada, de Grupo Alfa (1,200 millones de dólares), y Eugenio Garza Lagüera, de Femsa (1,100 millones de dólares). Según Forbes, los Garza Sada, en 1988, tenían una riqueza de alrededor de 2 mil mdd; fortuna que seis años después, junto con la de los otros 24 empresarios mexicanos sumaban 41 mil 900 millones de dólares.
“De ese tamaño fue la transferencia de recursos por la política de entrega de bienes nacionales a particulares”, comparó AMLO.
En 1987, cuando Forbes publicó por primera vez el ranking, había seis fortunas latinoamericanas en la lista, de las que sólo la de los Garza Sada era de México. Para 1994, había 24 fortunas mexicanas.
“La llamada política neoliberal no fue más que una política de pillaje, de saqueo, y no sólo imperó, dominó, prevaleció la corrupción, sino también se arraigaron prácticas de corrupción en el servicio público”, añadió López Obrador.
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