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La ola de feminicidios, abusos y violencia contra la mujer, derivó en reconocer la situación que vive la capital del país. Es de aplaudir la decisión que tomó la jefa de Gobierno, no sólo por las víctimas. No sólo por las familias de las víctimas, sino más bien por lo que viven a diario miles de mujeres que caminan por las calles de la Ciudad, o simplemente, tienen que soportar el maltrato dentro de sus propias casas.
Tan sólo en octubre, la cifra de feminicidios en la capital llegó a 2 mil 180 carpetas de investigación iniciadas por ese delito, que en comparación las 1,676 del mismo mes pero del año pasado, hubo un aumento del 30 por ciento durante el periodo.
Cierto, la decisión de decretar la AVG no sólo es porque en las alcaldías de Tlalpan, Álvaro Obregón, Iztapalapa, Cuauhtémoc, entre otras, las mujeres se sientan inseguras, o sean víctimas de algún delito, sino que también por el clima de inseguridad que se vive a diario en diferentes alcaldías.
A decir de la diputada Guadalupe Aguilar Solache, Vicepresidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso de la Ciudad de México, la medida no es suficiente si no va acompañada de una efectiva procuración de justicia en favor de las mujeres.
Es decir, que si la Alerta de Género no ha cumplido con su objetivo en los otros 17 estados del país como el Estado de México o Puebla, la Ciudad de México puede convertirse en el ejemplo de que con acciones conjuntas entre sociedad y gobierno, se puedan erradicar la violencia contra la mujer y salir a caminar libremente por nuestra Ciudad.
La diputada ha sido una de las que más ha impulsado el castigo a quienes maltraten o acosen a una mujer, como la iniciativa para imponer una pena de dos a cinco años de prisión a quien valiéndose del engaño, utilice la tecnología para obtener información para acosar o abusar sexualmente de menores de edad.
