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Sí, aunque usted no lo crea, de las 16 alcaldías, Iztapalapa es la que tiene menos lana en proporción con el número de habitantes, de ahí la urgencia por asignarle la mayor cantidad de recursos para el siguiente año y atender el cúmulo de necesidades que tiene su gente.
Y es que uno de cada cinco habitantes de la Ciudad vive en Iztapalapa, una de cada cuatro personas en situación de pobreza está en Iztapalapa y, es la demarcación con menos recursos asignados.
La cosa se pone peor, pues en Iztapalapa no habrá Cuarta Transformación si no se resuelve la carencia de agua que padecen cientos de miles de personas, por eso la presidenta de la Comisión de Gestión Integral del Agua, Guadalupe Aguilar Solache, pide mayor atención a ese tema.
La cosa no está tan equitativa, pues en 2019, a cada habitante de Iztapalapa le correspondieron tres mil 202 pesos, en contraste con Cuajimalpa que tiene un presupuesto por persona de ocho mil 725 o Miguel Hidalgo, con seis mil 668 pesos por cada persona que vive en su demarcación.
Seguridad, infraestructura, movilidad, pero uno de los que más padecen los iztapalapenses, es el tema del agua, de ahí que la diputada Guadalupe Aguilar Solache impulse una mayor inversión para incrementar la cantidad de agua de la que se dispone y aquellas que permitan prevenir y atender el riesgo de inundaciones.
En este año, Iztapalapa contó con un presupuesto de 5 mil 853 millones de pesos, lo que representa el 13.66% del presupuesto destinado a las alcaldías. Para el 2020, pide un mínimo de 6 mil 600 millones de pesos, para cubrir algunos temas pendientes.
AHORA sí que el alcalde de Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil, se fue de boca ante los severos cuestionamientos de los medios de comunicación. Todo parecía miel sobre hojuelas. Su comparecencia había salido a pedir de boca. Hasta aplausos recibió por parte de los diputados de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso local, luego de pedir sus recursos para el siguiente año. Al verse cuestionado por la presunta red de nepotismo que hay en la alcaldía, sólo gritó “son unos chayoteros”, y se fue.