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Una magistral producción encabezada por Joaquin Phoenix y Todd Phillips que perturbará y maravillará a propios y extraños
Por: Harry Plus
Calificación: Excelente (5 estrellas de 5)
‘The Joker’ (conocido en México como ‘Guasón’), es uno de los más icónicos villanos en el mundo de los cómics. Su popularidad ha crecido con el pasar de las décadas, pues su salto a la pantalla chica, grande y los videojuegos, le ha valido el honor de ser personificado por actores como César Romero, Jack Nicholson, Mark Hamill, Heath Ledger y Jared Leto, pero en esta ocasión y de la mano de Joaquin Phoenix, llega una nueva adaptación del ’Príncipe payaso del crimen’, y aunque no existe una versión oficial sobre su origen, el director Todd Phillips nos muestra una visión propia sobre el nacimiento del infame personaje.
La trama nos lleva a 1981, el comediante fallido ‘Arthur Fleck’, es ignorado por la sociedad en la que vive y a raíz de esto se convierte en un genio del crimen en ‘Ciudad Gótica’. ‘Arthur’ es un hombre que enfrenta la crueldad y el desprecio de la sociedad junto con la indiferencia de un sistema que le permite pasar de la vulnerabilidad a la depravación. Es un payaso por las mañanas que se esfuerza por convertirse en un comediante por las noches. Pero descubre que la broma siempre parece ser él. Sin anhelos de continuar con vida y fuera de sintonía con todos los que lo rodean (producto de su risa incontrolable e inapropiada), pronto encontrará una vía de escape para su decadente existir.
La cinta encuentra una justa combinación en cuanto a la actuación de su protagonista, la dirección, el diseño de producción, la fotografía y su composición auditiva. Joaquin Phoenix logra poseer de manera caótica, elocuente y visceral a su personaje, ‘Arthur’ ha cobrado vida dentro del intérprete, su expresividad y corporalidad denotan a primera vista el fino y exhaustivo trabajo de mesa, su compromiso y su respetable enamoramiento hacia el sujeto son una simple muestra de su calidad interpretativa. Ha logrado construir de forma suprema a un ente ficticio que dejará una huella imborrable dentro del cine de cómics (aunque en realidad, en general), pues con el devenir de la trama, estaremos presenciando su climática transformación, un vínculo de empatía y lastima que se forma desde el primer segundo de metraje, ya que entendemos que el ‘Joker’ que estamos por descubrir, ha sido formado y moldeado por una sociedad violenta, racista, decadente y arruinada.
De principio a fin el espectador se verá envuelto en una ficción deprimente, asfixiante y finamente orquestada, permitiendo la inmersión total a través de su sólida y sombría paleta de colores y ambientación digna de la gran depresión en EU. Phillips entiende a la perfección de qué va el personaje y cuál es su intención y relación con el espectador, conoce a detalle lo que quiere plasmar y no duda en ir por ello. Arma cada cuadro de forma impoluta, entregando una película que invita a la reflexión, que perturba y deja el sentimiento de intranquilidad aún con el pasar de los días. Aunque una de las principales lineas podría ser interpretada como una apología hacia la violencia, el cineasta va más allá de esto, no se trata llevar al extremo a ‘Arthur’ para que descubra que a través de la delincuencia encuentra un significado a su existencia, si no que desafortunadamente estamos en el presente de una sociedad que no duda en arremeter contra los más necesitados, contra los débiles, los que no tienen las mismas oportunidades y que no importa en que época nos encontremos, una característica que poseemos los humanos es que no dudamos en violentar las diferencias, carecemos de empatía y armonía.
‘Joker’ nos muestra que si se respeta y se comprende que los cómics van más allá de simples historias fantasiosas, y que si se crea un entorno dedicado al tratamiento humano y social, se pueden realizar de forma magistral construcciones idóneas para personajes complejos. ‘Joker’ ve en Phoenix a su amante ideal, un histrión que lleva hasta las ultimas consecuencias su dolor y satisfacción. Una vanagloriada y retorcida muestra de que aun en los momentos más agrios de nuestra vida, podemos encontrar encontrar una luz de esperanza, aunque en esta ocasión, el bailarín central lo ha hecho a través de la catarsis que simboliza el infame ‘Joker’. Ha encontrado el significado de vida que tanto anhelaba liberándose hacia la violencia, eliminando su represión social, aquí solo queda esperar paciente el caos que irremediablemente generará en quienes le han dañado a lo largo de su vida. No cabe duda de que estamos ante una cinta que marca un antes y un después en la forma en la que la cinematografía de superhéroes ha sido constituida, un fenómeno social como pocos. Debe ser revisitada en más de una ocasión.