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Fermín Sánchez
Ciudad de México.- Hace 34 y hace dos años, se vivieron dos de los sismos más fuertes y mortíferos en nuestro país y sin embargo los mexicanos seguimos sin entender la seriedad e importancia de los simulacros que nos sirven para saber que hacer en caso de un verdadero temblor.
Y es que las diez de la mañana se vivió un macrosimulacro en todo el país y en un recorrido sobre una calle importante de la CDMX, como lo es la avenida de los Insurgentes, se pudo notar la falta de importancia, seriedad e información en oficinas públicas, privadas, restaurantes entre otros, además de que varias alarmas no sonaron.
Tan solo enfrente de las oficinas de la SFP todo salió mal, la alarma no sonó y las personas entre platicas, bromas, risas y calma se tardaron en salir más de 15 minutos, lo que le hubiera costado la vida a la mayoría.
Además se pudo observar la falta de un protocolo verdadero, aunque varias calles fueron cerradas las personas que salían de los edificios, se quedaban sobre las banquetas, a lado de paredes peligrosas o de los mismos edificios.
Cabe recordar que hace dos años se vivía un simulacro y horas más adelante se vivió un verdadero sismo de 7.1 que le arrebató la vida a mucha personas.
