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La participación ciudadana es un instrumento que ha venido tomando fuerza en los últimos años, quizás por el hartazgo ante la irresponsabilidad de los gobernantes, o por la facilidad con la que hoy en día contamos para comunicarnos e intercambiar información. De cualquier manera, es reconfortante ver cómo la sociedad organizada es capaz de generar grandes cambios.
Un ejemplo de esto lo vimos en los eventos que tuvieron lugar el 1 y 3 de septiembre pasados, cuando un numeroso grupo de comerciantes, encabezados por Diana Sánchez Barrios, acudió al Congreso local, a hacer la entrega de la Ley Chambeando Ando, que formalmente se denomina, misma que demostró el fuerte apoyo que tiene, con la cantidad de 42,404 firmas, mismas que le otorgaron el carácter de iniciativa preferente, por lo que será discutida y votada durante este mismo periodo de sesiones.
Esta es la primera Iniciativa Ciudadana de Ley en la historia de la Ciudad de México, y tiene como fundamentos el derecho al trabajo, la dignidad humana, el derecho a la subsistencia, a la libre asociación y el libre desarrollo de la persona.
La aprobación de esta ley, representaría un acto de justicia al esfuerzo que han realizado millones de personas en nuestro país, a través de su trabajo en el espacio público, por lo que no es un tema menor.
AHORA resulta que el alcalde de Xochimilco, Carlos Acosta, se quiere curar en salud, luego de que un joven procedente de Puebla que vino a la capital a celebrar una fiesta con sus amigos subió a una trajinera y cayó al canal, sin que sus amigos pudieran rescatarlo, por lo que ya no pudo regresar con bien a su casa. Después del niño ahogado, el morenista quiere tapar el sol con un dedo y engañar a la población prohibiendo la venta de alcohol, cuando ya la población se lo había advertido.
