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En el Congreso de la Ciudad de México, después de que el pasado jueves una mujer logró evadir todos los filtros de seguridad del recinto legislativo y tomó por asalto la Tribuna del Pleno de Donceles y Allende, para desde ahí cuestionar severamente a los diputados en torno a las graves omisiones de la Ley de Participación Ciudadana, a partir de entonces el grupo mayoritario de Morena reforzó el sistema de seguridad y acceso.
A partir de este lunes, se percibe la presencia de elementos recientemente contratados –nunca antes vistos en Donceles y Allende-, que actúan como civiles, pero que en realidad operan como guardias blancas para inhibir cualquier intento de protesta, manifestación, o asalto de la tribuna.
El nuevo personal de seguridad, hace presencia para frenar cualquier tipo de agentes extraños que eventualmente pudieran significar un peligro a la mayoría legislativa de Donceles y Allende.
Es decir, el recinto legislativo del Congreso capitalino dejó de ser un espacio de libertades, abierto a toda la ciudadanía, para convertirse en área restringida de operaciones político-legislativas, donde predomina la ley mordaza, ya lo dijo la minoría encabezada por Jorge Gaviño.
DONDE de plano no hay austeridad, es precisamente en el Congreso local, pues resulta que la diputada integrante de la chiquillada del Verde Ecologista, Teresa Ramos Arreola, anda muy feliz gozando de unas merecidas vacaciones. Así se le ve en algunas fotos mandando besos y apapachos, y atrás la Torre Eifel. Justo es la diputada que propone retirar los monumentos a Cristóbal Colón y Hernán Cortés, en México.
Pero no es la única legisladora que se ha dado un descanso, antes del periodo ordinario de sesiones, muchos otros se reportaron enfermos este lunes y no acudieron votar la Ley de Participación Ciudadana, entre ellos, el panista Christian Von Roerich.