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Remmy Valenzuela se presentó, por segunda ocasión, en el Auditorio Nacional, y de verdad no sólo me dejó sorprendió a mí, sino a todos los presentes, pues el plebe, originario de Guasave, Sinaloa, la rifa en serio, pues no sólo toca el acordeón como los grandes sino que se adapta para cantar con norteño, con banda, estilo sierreño (tocando él la guitarra) y con grupo versátil.
Fueron tres horas de show en la que el joven cantante dio muestras de su gran capacidad y presentó algunos temas de su próximo álbum 80% Mío; pues ya llevaba 4 años sin grabar disco debido a su apretada agenda de presentaciones; el próximo mes tendrá su prueba de fuego, ya que alternará con El Rey del Acordeón, Ramón Ayala, en Mexicali y Culiacán e inclusive se habla de que ya están preparando un dueto. Tengo que confesar que Remmy no llenó El coloso de Reforma, pero lo que sí es de admirarse es que mantuvo a todos los presentes coreando y bailando sus temas desde el inicio del concierto hasta el fin y eso muy pocos intérpretes lo logran; tan conectados estaban el público y el cantante que éste prometió regresar el año próximo.
Anduve de pata de perro en el cierre de la Feria de Villa Victoria, en el Estado de México con Los Huracanes del Norte, y vaya llenazo que lograron los llamados Meros meros meros de la música norteña, pues no cabía ni un alma más en el recinto ferial. Hubo momento emotivos durante el evento, como el hecho de que Chuy García, el popular Échele mi Chuy festejó su cumpleaños en pleno escenario y alrededor de 40 mil personas le cantaron Las Mañanitas acompañados por los acordes del grupo.
Pero, sin duda, lo más emotivo fue cuando Lupillo, saxofonista de la agrupación, recordó al público que la ausencia de su hermano Heraclio, líder y fundador del grupo, se debía a que le están aplicando quimioterapias para combatir el cáncer que le detectaron entre nariz y garganta. Ahí el público se arrancó con una carretada de aplausos que hicieron que la piel se me pusiera chinita y a punto estuve de derramar las de cocodrilo, pues comprendí que eso es lo que se ha ganado a pulso don Heraclio y el cariño de su público no se paga con nada. Desde aquí mis oraciones y estoy seguro que la próxima vez que Huracanes del Norte venga a México, él ya vendrá con ellos, porque su público quiere verlo y tantas bendiciones lo harán salir adelante.
Por último, quiero informarles que Julio Preciado sigue con el santo de espaldas, pues sufrió una caída que lo mandó de nuevo al hospital; lo médicos le recomendaron reposo absoluto y a ver ahora cuando vemos de nuevo a El Gigante de la banda arriba de un escenario. Nos leemos pronto.