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Esta calle no existía y la victoria del 5 de mayo en Puebla, fue motivo para nombrarla. Al promulgarse las leyes de Reforma, el clero tuvo que abandonar muchos de sus bienes como los conventos de la Ciudad de México.
El gobierno juarista, para evitar reclamos en años posteriores, decide demolerlos y abrir calles que llevaban a ningún lado como la de Gante o la callecita de Héroes del 57, al costado del Convento de la Concepción, en la calle de Belisario Domínguez, o el de Santa Clara en la calle de Tacuba, que al desparecer la huerta de este convento, aparece la calle 5 de mayo que iba de Bolívar a Isabel la Católica. Era pequeña, hacia la Catedral se volvía el callejón del Arquillo.
Y hacia Bolívar topaba con el Teatro Nacional. En 1901 llegaría la orden de Díaz para demoler el Teatro y abrir la 5 de Mayo hacia la Alameda para que la gente pudiera acceder al nuevo Teatro Nacional, que terminó siendo a causa de la Revolución, el Palacio de las Bellas Artes. Así nació y creció la 5 de Mayo, digo que tanto es tantito.