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Piense
Ni uno solo de los gobernadores “aliancistas”, fundidos partidos antagónicos por el mero propósito de ganar el poder por el poder mismo para luego hacer deslindes atroces y siempre perjudiciales para la ciudadanía, ha salido felizmente de sus encargos.
Ya no es tan sencillo engañar al gran auditorio nacional, menos cuando los funcionarios de alta graduación –y los millonarios más–, pretenden “comprar” sus nominaciones convirtiendo en cómplice al presidente de una nación devastada por su antecesor –siguiendo las huellas de sus deplorables predecesores–, y puesta en pie por su repulsa al sistema materializada por el alza injustificada de los precios de las gasolinas y su consecuencia presente: la lucha contra el huachicoleo. Ni siquiera la solicitud de unidad, por los desatinos del energúmeno Trump, aterrizó felizmente porque la opinión pública fue la que reaccionó con virilidad mientras el peñismo deshojaba, vergonzosamente, la margarita. Porque, claro, fue el “pato” Donald quien envió primero el mensaje para evitar la reunión “bilateral” si no había disposición, por parte del gobierno de México, de sufragar el muro de la ignominia contra el criterio universal salvo el de dos mandatarios: el de Israel, Benjamín Netanyahu, y el réprobo Mariano Rajoy, de España. Y en esas sigue Trump mientras López Obrador prefiere desmañanarse evadiendo tomar una postura firme contra el gritón alevoso de la Casa Blanca.
El rencor inunda al mundo islámico también por cuanto a las famosas ya “decisiones ejecutivas” de Trump. Este personaje, sin duda, arrebató el campeonato de improcedencias y torpezas, en un espacio de tiempo menor, a enrique peña de quien creímos no habría nadie jamás de superar su récord; y, desde luego, ni siquiera adelantó su salida como demandaba el noventa por cierto de los mexicanos.
En fin. Volvamos a los ex mandatarios “aliancistas”, uno peor que el otro. Uno de los primeros, Pablo Salazar Mendiguchía, de Chiapas, fue encarcelado ya por evidente peculado criminal –decenas de niños en Comitán fueron abandonados hasta sus muertes–, y excarcelado.
Lo anterior nos revela, más bien pone al descubierto, a los operadores políticos del priismo quienes, sin duda, buscan las alianzas contra el PRI para negociar complicidades y evitar persecuciones contra sus “leales”. Por ello no hay querella contra algunos de los afortunados por las fusiones partidistas extremas, del agua y el aceite suele decirse, y se pone la atención contra elementos del PRI y el PAN con coerciones para depurar, dicen, sus cuadros: van cinco del PRI y dos del PAN.
Para quienes deseen tener sus nombres a mano con gusto proporcionamos la lista:
A).- Los priístas Mario Villanueva Madrid, encarcelado; Andrés Granier Melo, encarcelado y en prisión domiciliaria; Rodrigo de la Cruz Medina, excarcelado alterando el proceso penal; Roberto Borge Angulo, preso; Javier Duarte de Ochoa, el peor de todos los veracruzanos; Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores, los dos últimos en la acerada Tamaulipas.
Los panistas son Guillermo Padrés Elías, confinado (hasta hace poco); y Luis Armando Reynoso Femat, protegido pese a denuncias severas y una sentencia ya emitida. También deberían anotarse a otros, de la misma filiación, que comienzan sus desmanes como el execrable veracruzano Miguel Ángel Yunes y el tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca, quienes ya están en la línea de los narcogobiernos. Pura basura.