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Además de la delicada situación económica de los concesionarios, más del 60 % de los taxis registrados en la CDMX tienen más de 10 años de antigüedad
Fernando Ortiz
Ciudad de México.- Doce años sin cambios significativos en la tarifa de arranque del taxi han colocado a los concesionarios de la capital en una situación financiera delicada. El “banderazo” se mantiene en 8.74 pesos para taxis de calle y en 13.10 pesos para los de sitio, mientras los costos de operación como combustible, mantenimiento y seguros siguen en aumento.
En este sentido, taxistas han denunciado que sus ganancias se ven comprometidas, ya que, aunado a esto, enfrentan una clara competencia con los taxis por aplicación.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Movilidad (SEMOVI), los concesionarios reportan ingresos promedio de 19,700 pesos mensuales, un monto que se ve comprometido debido al costo de los vehículos. Un taxi usado tiene un valor mínimo de 100 mil pesos, mientras que un híbrido o eléctrico puede superar los 200 mil pesos.
El parque vehicular también evidencia un problema estructural, ya que, 73,693 taxis, equivalentes al 62.2% de la flota, tienen más de 10 años de antigüedad. Esta situación no solo representa riesgos para los pasajeros, sino que también dificulta la renovación del registro.
Para atender la urgencia de modernización, la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (SEMOVI) lanzó el Programa de Sustitución de Taxi 2025, ofreciendo apoyos económicos de 120,000 pesos para taxis de combustión eficientes, hasta 200,000 pesos para vehículos eléctricos, y un bono adicional de 20,000 pesos para dispositivos de accesibilidad universal.
Sin embargo, la convocatoria abierta del 30 de septiembre al 3 de noviembre de 2025 sólo contempla 394 unidades beneficiadas, 333 taxis eficientes de combustión y 61 híbridos o eléctricos. El apoyo económico se entregará a través de las agencias automotrices, mediante el FIFINTRA, y no directamente al concesionario.
A pesar de estos esfuerzos, la tarifa de taxi sigue prácticamente intacta desde hace más de una década. La SEMOVI señala que la congelación tarifaria deja poco margen para que los concesionarios ahorren o inviertan en vehículos nuevos. Para los usuarios, la tarifa baja puede parecer una ventaja, pero repercute en un servicio más inseguro y con vehículos viejos, lo que afecta la experiencia y seguridad.
Según registros, durante los últimos seis años, SEMOVI logró sustituir únicamente 1,547 taxis. La cifra proyectada para la convocatoria de 2025 es apenas una fracción de la flota obsoleta.
Un concesionario de taxis en la capital no solo maneja un vehículo: posee la concesión oficial para prestar servicio público, un permiso otorgado por la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) que lo faculta para operar legalmente. Esta concesión es la base del negocio y puede ser usada directamente por el propietario o rentada a un conductor a cambio de un pago diario o semanal.
