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El municipio permanece atrapado en un clima de ingobernabilidad pese a los constantes discursos oficiales del alcalde Daniel Serrano; la ENSU puntualiza que los habitantes viven con temor
MARIO LÓPEZ
GRUPO CANTÓN
A pesar de los esfuerzos anunciados por la actual administración encabezada por el presidente municipal Daniel Serrano Palacios, Cuautitlán Izcalli mantiene diversos indicadores que reflejan una situación preocupante de ingobernabilidad, especialmente en materia de seguridad, confianza ciudadana y control institucional.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, el 80.4% de los habitantes del municipio afirma sentirse inseguro al transitar por sus calles. Si bien este porcentaje representa una ligera reducción respecto a mediciones anteriores, sigue ubicando a Izcalli entre las demarcaciones con mayor percepción de riesgo en el Estado de México.
La cifra contrasta con los informes oficiales que destacan disminuciones en delitos de alto impacto, lo que revela una brecha persistente entre los datos gubernamentales y la experiencia diaria de la población.
Otro indicador de ingobernabilidad es la baja confianza en las instituciones municipales.
Según mediciones recientes, el 58% de la ciudadanía desconfía del gobierno local, principalmente por actos de corrupción, fallas en la atención ciudadana y la falta de resultados visibles en materia de seguridad y servicios públicos.
La suspensión temporal de multas de tránsito, implementada en enero para combatir extorsiones por parte de agentes viales, evidenció la gravedad del problema, al reconocer de manera explícita la existencia de prácticas irregulares dentro de la corporación.
A ello se suma el deterioro en la relación entre autoridades y vecinos, quienes en diversos fraccionamientos han denunciado falta de presencia policíaca, escaso mantenimiento urbano y una respuesta tardía ante emergencias.
Organizaciones vecinales apuntan que, aunque las cifras de incidencia delictiva muestran reducciones, la realidad cotidiana refleja una administración con capacidad limitada para contener el desorden social y garantizar condiciones básicas de gobernabilidad.
En conjunto, la desconfianza ciudadana, la percepción de inseguridad y los signos de corrupción institucional mantienen a Cuautitlán Izcalli como uno de los municipios mexiquenses donde la ingobernabilidad continúa siendo un desafío central en 2025.
