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Una marmita industrial explotó en el comedor de la Universidad Autónoma; la comunidad acusa que desde hace meses había denuncias sobre fugas de gas
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El jueves, una fuerte explosión dentro del comedor central de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) dejó un saldo de cuatro trabajadores con quemaduras de segundo grado y evidenció nuevamente el deterioro y la falta de mantenimiento en las instalaciones de la institución.
El siniestro, provocado por la ruptura de una marmita industrial utilizada para cocer alimentos, ocurrió alrededor del mediodía, cuando decenas de empleados se encontraban laborando en la preparación de comida para la comunidad universitaria.
De acuerdo con testigos, el estallido se originó por una falla en las válvulas de presión del equipo, lo que generó una liberación repentina de vapor y líquido hirviendo. Los trabajadores lesionados fueron trasladados de emergencia a hospitales de Texcoco, mientras sus compañeros suspendieron de inmediato las actividades, exigiendo la intervención de Protección Civil y el reconocimiento de la negligencia institucional.
“Esto no fue un accidente, fue consecuencia del abandono. Llevamos meses reportando las fugas y las válvulas dañadas, pero nadie hace nada hasta que ocurre una tragedia. Ni un extintor había cerca”, denunció un trabajador que prefirió mantener el anonimato.
Los empleados aseguran que la cocina del comedor opera desde hace años en condiciones críticas: instalaciones eléctricas deterioradas, fugas de gas constantes, techos con filtraciones y ventilación deficiente. A esto se suma la falta de protocolos de emergencia y equipo de protección básica. “El rector solo aparece cuando hay prensa o protestas, pero nunca para escuchar a quienes trabajamos aquí. Ahora quieren simular preocupación, cuando durante meses ignoraron las advertencias”, reprochó la señora Lidia Torres, vecina y exempleada del campus.
La explosión ocurre en un contexto de creciente descontento dentro de la universidad, donde persisten las críticas por casos de acoso y mala gestión administrativa.
Los trabajadores mantienen un paro de labores y exigen la revisión total de la infraestructura, así como la instalación de equipo de seguridad funcional.
