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La Secretaría fue creada para agilizar labores de orden territorial, pero el funcionario no logró concretar el Plan Maestro ni el Programa General de Planeación
OMAR MONTALVO
GRUPO CANTÓN
Ciudad de México. – A un año de que fue creada la Secretaría de Planeación, Ordenamiento Territorial y Coordinación Metropolitana, su primer titular Alejandro Encinas, dejó su cargo por aceptar un nuevo puesto de tipo federal, pero en su paso dejó pendientes las principales políticas que buscaban hacerle frente al fenómeno de la gentrificación y regulación de rentas, procesos en los que organizaciones denunciaron la falta de diálogo y consultas a modo.
El Plan Maestro fue anunciado por Encinas Rodríguez el pasado mes de julio, para hacerle frente a la gentrificación, fenómeno que encarece los servicios y desplaza a la población. La Secretaría de la Metrópolis organizó foros en los que se anunciaron nueve puntos de acción para intervenir zonas de “tensión inmobiliaria” en zonas céntricas, además de buscar la regulación de rentas. Pese a que Encinas llamó al Plan Maestro como innovador, durante los foros, la población desplazada criticó a la autoridad de tomar en cuenta las peticiones de operadores de AirB&B, plataforma que promueve las rentas temporales sin medida.

El Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT) es una de las políticas eje de cada gobierno, ya que establece a largo plazo el desarrollo de construcciones y proyectos que intervengan en el suelo. Una de las consideraciones que se incluyen en el PGOT es la protección del suelo de conservación, zonas que en la capital también incluyen a pueblos originarios, cuyas organizaciones frenaron las nuevas disposiciones que facilitaban el crecimiento de proyectos inmobiliarios. Cuando Alejandro Encinas asumió su cargo, señaló que tendría listo el PGOT en su primer mes de gestión, pero su gestión no completó los planes urbanos, que actualmente acumulan cinco años de retraso.
La Secretaría de la Metrópolis también ha sido la encargada de vigilar que se cumplan las disposiciones de la Ley de Publicidad exterior que prohíbe anuncios riesgosos en azoteas, pero en el último año, también proliferaron los anuncios con pantallas en vías primarias, considerados como distractores para automovilísticas.