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El entierro se realizó en el Panteón Municipal Altavista, bajo custodia policial y con acceso restringido, las 3 personas están detenidas, enfrentan prisión preventiva
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El municipio de La Paz, en el Estado de México, vive días de indignación y luto tras el asesinato de Fernando, un niño de cinco años cuyo cuerpo fue hallado con huellas de tortura. El caso, presuntamente motivado por una deuda de mil pesos que su madre no pudo liquidar, ha conmocionado a vecinos y familiares, que el sábado le dieron el último adiós en el Panteón Municipal Altavista.
El cortejo fúnebre llegó al camposanto acompañado por globos blancos y ramos de flores, mientras el silencio y las lágrimas marcaban el paso de quienes acudieron.
El lugar fue resguardado por policías municipales y estatales para evitar incidentes. La madre del menor, Noemí, acudió horas después de asistir a la primera audiencia de los tres presuntos responsables: Carlos “N”, Lilia “N” y Ana Lilia “N”, quienes permanecen bajo prisión preventiva.
El cuerpo del niño fue encontrado en la colonia Ejidal El Pino, dentro de un costal y envuelto en una sábana amarilla. Según la Fiscalía, Lilia habría prestado el dinero a la madre y, al no recibirlo, ordenó el secuestro y asesinato del menor.
Las voces de la comunidad reflejan enojo y dolor. “No es posible que la vida de un niño valga mil pesos, esto nos deja ver la maldad que hay”, expresó Teresa Aguilar, vecina del barrio. María González, otra habitante, fue contundente: “Matar a un niño por dinero es algo que no tiene nombre. Esto no puede pasar desapercibido”.
Javier Morales pidió castigos ejemplares: “Queremos ver justicia real, no promesas ni procesos que se olviden en unos meses”. Laura Hernández, madre de familia, expresó temor por la inseguridad: “Hoy fue Fernando, mañana puede ser cualquiera de nuestros hijos. Vivimos con miedo”.
El informe forense señala que el menor presentaba fracturas de cráneo, clavícula y costillas, además de hematomas en todo el cuerpo. Se calcula que fue asesinado entre tres y cinco días antes de su hallazgo.
La comunidad ha anunciado marchas y vigilias para exigir justicia y erradicar la violencia contra la niñez. Mientras tanto, el caso sigue bajo investigación, pero el clamor es unánime: que la muerte de Fernando no quede impune.
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