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Matan a un niño de 5 años por mil pesos

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Fernandito fue secuestrado y asesinado en La Paz, presuntamente por una cantidad de dinero su cuerpo fue encontrado en avanzado estado de descomposición.

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN 

La colonia Ejidal El Pino, en el municipio de La Paz, no duerme. No por las patrullas ni por el ruido de los autos, sino por el eco desgarrador de una noticia que ha estremecido al municipio entero: Fernando, un niño de apenas cinco años, fue encontrado sin vida en bolsas de basura.

Su crimen, según versiones preliminares, fue motivado por una deuda de mil pesos que su madre no pudo pagar.
El hallazgo ocurrió tras varios días de búsqueda. La denuncia por desaparición se presentó tarde, en parte por temor, en parte por desconfianza. Aun así, cuando las autoridades finalmente irrumpieron en un domicilio cercano, lo que hallaron fue espeluznante: el cuerpo del menor, envuelto en bolsas negras, con señales de tortura.


“Era un niño alegre, juguetón. Lo conocimos desde que nació”, lamenta don Ernesto, vecino de la familia. “Ahora tenemos miedo. Si eso le pasó a él, ¿qué nos espera a nosotros?”

La tragedia se agrava por la posibilidad de que los tres presuntos responsables —identificados como José “N”, Luis “N” y María “N”— sean liberados en las próximas horas por supuestas fallas en el proceso judicial. La comunidad culpa a la Fiscalía de actuar con negligencia y falta de sensibilidad.

“¿Qué más necesitan? ¿Otro cuerpo?”, gritó una mujer durante la manifestación frente al Centro de Justicia. Los reclamos no solo son por Fernando, sino por todos los niños que viven en barrios donde la violencia y la impunidad se normalizan.


El dolor se transforma en coraje colectivo. Decenas de vecinos han comenzado vigilias, marchas y campañas en redes sociales para exigir justicia, no solo por Fernando, sino por la dignidad de toda una comunidad que siente que el Estado la ha dejado sola.
“Esto no se puede quedar así. No lo vamos a permitir”, sentencia doña Carmen, quien carga una vela y una pancarta con el rostro del pequeño. Mientras tanto, La Paz, irónicamente, atraviesa una de sus noches más oscuras.

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