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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El hartazgo se convirtió en protesta, cansados de trabajar en condiciones precarias, médicos, enfermeras y trabajadores del Hospital General Guadalupe Victoria ubicado en el municipio de Texcoco alzaron la voz el viernes, denunciando la falta de insumos, la sobrecarga laboral y, sobre todo, la indiferencia de las autoridades.
La manifestación fue un grito colectivo que reveló una crisis que lleva años gestándose y que ha sido maquillada con discursos oficiales de “mejoras constantes”.
“Nos exigen resultados, pero nos dejan sin herramientas. Aquí no hay guantes, no hay medicamentos y muchas veces tampoco hay respeto”, reclamó una enfermera, visiblemente molesta, mientras sostenía una cartulina que decía:
“Atendemos con el alma, no con recursos”. Junto a ella, decenas de trabajadores reiteraron que la salud en Texcoco se sostiene, literalmente, por voluntad.
La situación no solo afecta al personal médico: los pacientes también pagan las consecuencias. “A veces no hay gasas ni sueros, y los doctores nos piden que salgamos a comprarlos. ¿Así dicen que están cumpliendo?”, cuestionó Laura Ramírez, vecina de Chiconcuac que acudió al hospital con su madre enferma.
El déficit de personal es otro foco rojo. En algunos turnos, una sola enfermera debe atender a más de una docena de pacientes, lo que genera agotamiento físico y emocional.
Ante el silencio institucional, los trabajadores advierten que la protesta podría escalar. En Texcoco, la salud pública pende de un hilo, sostenida por quienes, a pesar de todo, siguen firmes en su vocación.
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