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El brutal asesinato de una adolescente de 14 años hallada con huellas de tortura y violencia sexual, encendió la indignación en Xonacatlán y Otzolotepec
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La indignación y el dolor tomaron las calles de Xonacatlán y Otzolotepec, donde decenas de personas marcharon el viernes con cruces, pancartas y el rostro de Natalia, una adolescente de 14 años que fue asesinada con extrema violencia.
Su caso, lejos de ser aislado, se suma a una larga lista de crímenes impunes que han dejado a familias destrozadas en la región.
La movilización fue convocada por colectivas feministas como Sombras Libres y Mamá Está Contigo, y tuvo un claro mensaje: basta de silencio. Natalia desapareció el pasado 27 de junio y días más tarde su cuerpo fue hallado con señales de tortura y violencia sexual.
El principal sospechoso es su expareja, Rodrigo N., aunque las autoridades señalan que hay al menos otros tres implicados, uno de ellos aún prófugo.
Las cifras refuerzan la alarma. Tan solo en Xonacatlán, se han registrado seis denuncias por violación y 33 por violencia familiar en lo que va del año. Otzolotepec presenta aún más: ocho casos de violación y 80 de agresiones intrafamiliares. Para las familias, estos números no son estadísticas, son reflejo de un entorno donde el miedo se ha instalado en la vida cotidiana.
Colectivas como Sombras Libres han documentado al menos cinco casos similares en los últimos meses. Jessica, Wendy, Melanie y Lisandro, este último, víctima de desaparición forzada y asesinato son nombres que se repiten en pancartas, murales y memoriales ciudadanos.
El reclamo de fondo apunta a un fenómeno más profundo: la presencia de grupos criminales, el abandono institucional y una cultura que normaliza la violencia. La zona norponiente del Valle de Toluca, según especialistas, es una de las más peligrosas por la disputa de bandas ligadas al narcomenudeo y la tala clandestina, lo que complica aún más la seguridad.
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