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Mientras Fernando Flores presume más de 40 reconocimientos de supuesta eficiencia, sus calles se llenan de violencia. Los galardones no arreglan la inseguridad
POR MARIO LÓPEZ
GRUPO CANTÓN
La administración del alcalde Fernando Flores Fernández presume más de 40 premios nacionales e internacionales en sus primeros tres años: desde la “Escoba de Platino” por manejo de residuos (ATEGRUS, España), certificación CALEA en seguridad pública (EE. UU.), hasta reconocimientos del INAI, FENAMM, INAFED, Teletón y CEPAC, entre otros, ninguno de ellos de impacto o beneficio para sus las familias.
No obstante, mientras el edil festeja estos galardones, los indicadores más recientes de 2025 reflejan un escenario preocupante.
En abril se abrieron 574 carpetas de investigación, la cifra mensual más alta desde 2022, con una tasa de violencia equivalente a 880 delitos por cada 100 mil habitantes.

A esto se suman denuncias ciudadanas de robos con violencia, narcomenudeo y extorsiones. Entre enero y octubre de 2024 se contabilizaron 6 418 delitos, incluidos cuatro homicidios y 456 denuncias por violencia familiar. Asimismo, se identificaron 61 casos de extorsión y 42 carpetas por drogas, lo que evidencia una presencia creciente del crimen organizado en negocios locales.
Las colonias populares reportan abandono urbano: calles plagadas de baches, basura, falta de luminarias, y casos documentados de abuso policial—como “siembra” de droga a un repartidor para justificar su detención. Además, pese al programa de bacheo intensivo (200 diarios), los ciudadanos denuncian que la infraestructura vial sigue en deterioro constante en este 2025.
Finalmente, los comentarios de la ciudadanía de Metepec coinciden en que, los premios multitudinarios contrastan con una realidad municipal marcada por repuntes en delitos, tragedias viales y malestar ciudadano por violencia, corrupción y abandono urbano.

La administración de Flores evidencia esfuerzo por cubrir estos trechos con galardones y aparatos de marketing institucional, pero los datos duros señalan que aún existe una brecha significativa entre el discurso institucional y los desafíos reales que enfrentan los habitantes de Metepec.
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