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Entre familias de San Rafael Chamapa, en Naucalpan, existe alerta por la densa y pestilente burbuja blanca que rebasaba el metro y medio durante la inundación
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La espesa capa de espuma blanca, que superó el metro y medio de altura, que invadió calles y viviendas en la colonia San Rafael Chamapa, Naucalpan, tras el desbordamiento del Río Verde a días de la afectación, sigue generando alarma entre las familias.
El fenómeno, provocado por la mezcla de aguas residuales, químicos industriales y desechos acumulados, dejó al menos 50 casas afectadas, seis de ellas con daños severos, y encendió las alarmas por sus posibles efectos en la salud de los habitantes.
“Parecía una pesadilla”, relata María González, residente de la zona, mientras señala los restos de espuma seca en su patio. “Mis nietos jugaban afuera cuando empezó a salir esa cosa. Ahora tememos que se enfermen”. Como ella, decenas de familias permanecen consternadas, exigiendo acciones concretas de las autoridades para garantizar su seguridad.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el incidente se originó por un tapón de basura que obstruía el sistema de desagüe de la presa Los Cuartos desde el año pasado. Aunque se logró remover el bloqueo, la liberación repentina de agua arrastró años de contaminación acumulada, generando la espuma tóxica.
Mientras el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México realiza análisis para identificar los componentes exactos de la espuma, los primeros indicios apuntan a la presencia de fosfatos, materia fecal y sustancias industriales. Ante esto, las autoridades recomiendan evitar todo contacto y han iniciado campañas de vacunación y desinfección.
El incidente no solo expuso la vulnerabilidad de la región ante desastres ambientales, sino también la falta de mantenimiento en los sistemas de drenaje y la gestión inadecuada de residuos. Organizaciones civiles han exigido mayor transparencia en las investigaciones y soluciones a largo plazo.
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