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El problema obedece a combinación de factores estructurales, ambientales y de crecimiento urbano desordenado.
Redacción
Grupo Cantón
CIUDAD DE MÉXICO.– Las recientes inundaciones en el Viaducto preocupan a los capitalinos. El ingeniero civil Manuel Olguín, con 35 años de experiencia, explicó que el hundimiento del subsuelo por la constante extracción de agua, lluvias más intensas y el crecimiento urbano desordenado saturan el drenaje. “El terreno ha bajado y zonas antes seguras ahora se inundan con facilidad”, advirtió.
En entrevista, el especialista destacó que un segundo factor son las lluvias cada vez más intensas. “Aunque se les sigue llamando atípicas, la frecuencia y volumen de las precipitaciones han aumentado; el drenaje fue diseñado para cierto volumen de agua, pero ese límite ya ha sido ampliamente superado”, explicó Olguín.
El crecimiento poblacional y urbano también ha jugado un papel clave: más edificios, más habitantes y, por ende, mayor volumen de aguas residuales y pluviales que terminan sobrecargando la red.
A esto se suma un problema recurrente: la basura. “Nos hacemos de la vista gorda, pero la basura en las calles termina tapando las coladeras. Aunque haya varias bocas de tormenta cercanas, si están obstruidas, el agua simplemente no puede drenarse”, apuntó el ingeniero Civil quien recordó cómo en recientes encharcamientos, personal de emergencia tuvo que destapar manualmente las rejillas para permitir el flujo del agua acumulada.
Respecto a la infraestructura, destacó que aunque grandes obras como el Túnel Emisor Oriente (TEO) ayudan a desaguar, su eficacia depende de la red interna de la ciudad. “Es como tener una manguera grande conectada a muchas mangueras pequeñas: si éstas no tienen capacidad, el agua se estanca”, ejemplificó.
El ingeniero Olguín propuso realizar nuevos estudios actualizados de precipitación hídrica anual, que tomen en cuenta el cambio climático y la nueva densidad poblacional.
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