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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La noticia de la reposición del juicio contra José Javier N., acusado del brutal feminicidio de la médica Jessica Sevilla Pedraza, ha desatado una ola de indignación entre vecinos, colectivos y familiares que desde hace ocho años claman por justicia.
La audiencia celebrada el jueves en los juzgados de Lerma, fue calificada por los asistentes como una afrenta institucional, un nuevo agravio que evidencia una vez más la fragilidad del sistema de justicia en el Estado de México.
“El argumento fue que se estaban violentando sus derechos, pero ¿y el derecho a la vida de mi hija?”, cuestionó con voz entrecortada la madre de Jessica.
Acompañada por integrantes de la comunidad y activistas, denunció que este nuevo juicio, ordenado por supuestos errores técnicos relacionados con la entrega de pruebas a la defensa, representa una forma de violencia institucional.
“Sentimos coraje, rabia, impotencia. Han sido años de omisiones y de un dolor que nadie ve”, dijo al salir del recinto.
Jessica desapareció el 4 de agosto de 2017; su cuerpo fue hallado dos días después en el paraje El Hielo, con signos de tortura y mutilaciones. Tenía 29 años, era madre de un niño pequeño y ejercía como médica, brindando atención a personas en situación vulnerable. Años más tarde se sabría que incluso asistió a familiares del ahora imputado. Fue hasta junio de 2023 que José Javier fue detenido, casi seis años después del crimen.
La decisión de reiniciar el juicio pese a que ya se encontraba judicializado no solo ha causado frustración en la familia, también entre los vecinos de Huixquilucan, quienes expresan un creciente malestar ante lo que consideran un patrón de revictimización y negligencia institucional.
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