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Por Ricardo Sevilla
Está finalizando la contienda judicial.
Los números siguen avanzando y ya va tomando forma la nueva conformación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Está por finalizar el conteo de votos.
Y vale la pena analizar lo que hemos atestiguado.
En esta campaña hemos visto a personalidades muy destacadas e interesantes.
No llegaron todos los perfiles que muchos habíamos imaginado.
Sin embargo, más allá de eso, lo cierto es que apenas está comenzando la renovación del Poder Judicial.
Y es que los juzgadores que habrán de cambiar la impartición de justicia ya tienen nombre y apellido. ¡La SCJN ya tiene rostro!
Ya sabemos en manos de quién estará la impartición de justicia en el Máximo tribunal de justicia de nuestro país.
En un par de meses se va Norma Piña y sus leales: Ortiz Mena, Alcántara Carrancá, Pardo Rebolledo, Pérez Dayán, Laynez Potisek y Ríos Farjat.
Conocemos las posturas, inclinaciones y las sentencias de estos ministros. Trabajaron, sin el menor pudor, para la derecha, para el corporativismo. Y eso es lo que ha llegado a su fin.
Y lo que corroe el corazón del conservadurismo es que veían en la Corte su último bastión. ¡Y lo perdieron!
Llamaron a votar y se equivocaron. No tendrán representación en la Corte.
Y estamos, ahora sí, frente al comienzo de una transformación profunda del Poder Judicial, ante una reconfiguración histórica importantísima.
Y es que la llegada de Hugo Aguilar Ortiz a la presidencia de la SCJN es inminente.
Y eso marcará un hito sin precedentes. Será el primer indígena mixteco en ocupar este puesto. Muchos siglos atrás estuvo el zapoteco Benito Juárez.
Ahora bien, la Corte no será un poder unívoco. Con Hugo Aguilar también llegaron, respaldadas por el voto popular, Lenia Batres y Yasmín Esquivel, en quienes, sin duda, se apoyará.
Lenia conoce muy bien el derecho administrativo. Y Yasmín tiene un vasto conocimiento y una importante experiencia en varios ámbitos de la esfera judicial. Y ambos serán pieza clave en esta nueva era.
