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Sin ostentación, su última voluntad; su tumba llevará solo la inscripción “Franciscus”, eligió Santa María la Mayor como su lugar de descanso
JUAN R. HERNÁNDEZ
Ciudad de México.- El Vaticano comenzó los preparativos para el funeral del Papa Francisco, fallecido el 21 de abril a las 7:35 horas (05:35 GMT), a los 88 años, siguiendo el tradicional Rituale Romanum, aunque con modificaciones introducidas por el propio pontífice para reflejar su deseo de sencillez.
La Santa Sede informo que las causas de su muerte fueron por un derrame cerebral tras complicaciones por neumonía bilateral, diabetes e hipertensión.
El cuerpo será velado durante tres días en la Basílica de San Pedro, permitiendo el homenaje de los fieles, antes de la misa exequial, presidida por el cardenal camarlengo en la plaza San Pedro bajo el rito de “funerales del Romano Pontífice”.
En su testamento, Francisco dispuso ser enterrado sin ostentación en la Basílica de Santa María la Mayor, rompiendo con la tradición de sus predecesores, que yacen en las Grutas Vaticanas. Su tumba llevará solo la inscripción “Franciscus”.
El protocolo incluye los novemdiales (nueve días de oraciones), la destrucción del Anillo del Pescador y los sellos oficiales durante la Sede Vacante, y un féretro simplificado, eliminando los tres ataúdes concéntricos (ciprés, plomo y roble) usados anteriormente.
Entre las principales novedades del ritual, aprobadas en la segunda edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis (2024), destacan la confirmación de la muerte en la capilla –no en la habitación papal–, el depósito inmediato del cuerpo en el féretro y su exposición para veneración ya dentro del ataúd abierto.
“El Papa pidió simplificar ritos para que las exequias expresen mejor la fe en Cristo Resucitado”, explicó el arzobispo Diego Ravelli, maestro de ceremonias litúrgicas.
La Constitución Apostólica Universi Dominici gregis, de Juan Pablo II, establece que los cardenales deciden el traslado del cuerpo a la Basílica Vaticana y que el entierro debe realizarse entre el cuarto y sexto día tras la muerte. Francisco había expresado su deseo de un funeral austero, similar al de Benedicto XVI (2023), y eligió Santa María la Mayor como lugar de descanso, alejándose de la pompa tradicional.
Aunque se espera la asistencia de unos 150 jefes de Estado, la ceremonia mantendrá la austeridad que caracterizó al pontífice. El Vaticano confirmó que se seguirá la norma que prohíbe la autopsia. Un gesto coherente con su vida: preferir los márgenes al centro de poder.
Su papado redefinió el catolicismo del siglo XXI, combinando misericordia con firmeza ante abusos de poder. Aunque resistido por conservadores, millones lo recordarán como el papa que lavó los pies a presos y migrantes, y que insistió: “¿Quién soy yo para juzgar?”.
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