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Con más de 600 talleres textiles operando en el municipio, el trabajo que sostiene a muchas familias, también está deteriorando la salud de las comunidades locales
REDACCIÓN, GRUPO CANTÓN
El aire en Xonacatlán pesa. No por el calor ni por la altitud, sino por las partículas contaminantes que, día tras día, los vecinos respiran sin remedio.
Irritación en la garganta, ardor en los ojos, dificultad para respirar; estos síntomas se han vuelto parte del día a día para cientos de familias que, desde hace años, conviven con un ambiente tóxico que se agrava sin que nadie lo detenga.
Los registros de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico son contundentes: los niveles de PM2.5 y PM10, partículas microscópicas que penetran los pulmones y afectan el sistema cardiovascular, alcanzan cifras alarmantes.
La causa, aunque múltiple, tiene un rostro claro: la industria local, en especial los talleres de reciclaje de metales y plásticos, así como las fábricas de peluches que dan identidad y empleo a la zona.
A pesar de ser el motor económico de Xonacatlán, muchos de estos talleres operan sin regulación ambiental. La quema clandestina de residuos textiles al aire libre no sólo ensucia el cielo: enferma a sus habitantes.
Los testimonios vecinales coinciden en que, por las noches, es común ver columnas de humo negro elevarse desde patios traseros y zonas industriales improvisadas.
Pero el problema no se queda en el aire, la contaminación también avanza por las aguas que cruzan el municipio. Fragmentos de tela, restos de poliéster y espuma sintética acaban en canales a cielo abierto, que conectan con los ríos Mayorazgo y Santa Catarina.
Estos, a su vez, alimentan al ya deteriorado río Lerma, lo que convierte a Xonacatlán en un eslabón clave dentro de una cadena de deterioro ambiental que trasciende fronteras municipales.
Hace apenas unas semanas, un incendio en un depósito irregular de desechos textiles puso en evidencia la magnitud del problema. Fueron necesarias más de 60 horas para apagar el fuego que dejó una nube tóxica colgada sobre la población, con consecuencias aún por cuantificar.
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