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La promesa de cambio y transformación parece haberse desvanecido ante la apatía de las autoridades y la creciente frustración de los ciudadanos.
MARIO LÓPEZ
Edomex.- Temascalapa cumple tres meses bajo la administración del joven alcalde Alan Martínez, quien llegó con la bandera de la “transformación” y la promesa de terminar con los vicios del pasado. Sin embargo, lo que se percibe en las calles es un creciente desencanto ciudadano ante una gestión que no arranca, plagada de omisiones, simulaciones y compadrazgos familiares.
En este arranque de administración, no hay obra pública visible, ni mejora en servicios esenciales como agua potable, bacheo, alumbrado o seguridad.
El pueblo sigue igual, con calles en mal estado, policías señalados por ineficiencia, y oficinas públicas convertidas en espacio de descanso para funcionarios como el Director de Reglamentos, captado durmiendo en horas laborales. “¿Ésa es la “nueva cara” del gobierno?”, dice Lucia Alcántara, vecina local.
Mientras tanto, proliferan las quejas por la integración de familiares y amigos en puestos clave, como la dirección de ODAPAST, encabezada por Marily Martínez Romo, quien ha colocado a sus hermanos y allegados en distintas áreas del organismo.
“¿Nepotismo disfrazado de confianza?”, coinciden. En temas de transparencia, el alcalde prefiere culpar a sus antecesores sin mostrar pruebas. “¿Dónde están las auditorías prometidas? ¿Por qué no hay informes públicos de cómo se están utilizando los recursos municipales?”, son cuestionamientos constantes de la ciudadanía.
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