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Con palmas y cantos de alabanza, cientos de devotos llenaron este domingo distintos templos para dar inicio a su etapa de festejos litúrgicos más importante
REDACCIÓN, GRUPO CANTÓN
EdomeX.- En un ambiente cargado de devoción y esperanza, cientos de fieles católicos se congregaron este domingo en la Catedral de Toluca para conmemorar el Domingo de Ramos, fecha que marca el inicio de la Semana Santa para los católicos y recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Entre oraciones, cánticos y palmas en alto, las familias mexiquenses vivieron una jornada profundamente espiritual, en la que tradición y fe se entrelazaron para dar paso a uno de los periodos más significativos del calendario litúrgico cristiano.
Desde tempranas horas, los alrededores del templo lucieron abarrotados. Artesanos locales ofrecían ramos elaborados con palma tejida, muchos adornados con figuras religiosas como la Virgen María o cruces, y cuyos precios variaban entre los 25 y 80 pesos, dependiendo de la complejidad del diseño.
Estos ramos, más allá de su aspecto decorativo, tienen para los creyentes un valor simbólico, son vistos como amuletos de protección espiritual y bendición para los hogares.
“Colocar el ramo bendecido detrás de la puerta de casa es una costumbre que ha pasado de generación en generación. Sentimos que nos cuida y aleja lo malo”, relató Martha Cuadros, una fiel de 62 años.
Durante la misa principal, los sacerdotes destacaron el valor de la Semana Santa, como un momento de introspección, reconciliación y renovación espiritual.
Con esta celebración arranca formalmente la Semana Mayor en todo el Estado de México. Durante los próximos días, miles de creyentes participarán en viacrucis vivientes, procesiones, vigilias y celebraciones litúrgicas que culminarán con el Domingo de Pascua.
La Iglesia Católica hizo un llamado a vivir estos días con respeto, recogimiento y compromiso social, especialmente en un contexto nacional marcado por la violencia, la desigualdad y la pérdida de valores en la sociedad. La fe, afirman los líderes religiosos, puede ser un motor de cambio, sí se traduce en actos de bondad, justicia y comunión.
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