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Por Jorge Gómez Naredo
En estos días, en la red social X (antes Twitter) se lanzó una campaña de mentiras y guerra sucia en contra del gobierno de Claudia Sheinbaum. Se conformó con dos tendencias: #NarcoPresidentaClaudia y #NacroExPresidenteAMLO.
Mantener de forma artificial estas tendencias representó un alto costo para quienes lanzaron dicha campaña. No mil ni dos mil ni tres mil pesos, sino cientos de miles de pesos. Millones.
No es la primera vez que los de oposición lanzan este tipo de campañas. En realidad, es algo que han hecho de forma cotidiana y sistemática durante varios años. Cuando gobernaba Andrés Manuel López Obrador, las hacían en contra de él, para afirmar tramposamente que era corrupto o que era inepto o que tenía vínculos con el crimen organizado. Ahora lo hacen contra Claudia Sheinbaum, y con los mismos temas de ataque.
Quienes orquestan estas campañas de guerra sucia piensan que con ellas desatarán la ira de la sociedad y comenzará los gobiernos de la Cuarta Transformación a perder adeptos. Esto es lo que piensan y en realidad están muy equivocados.
La sociedad mexicana, durante los últimos años, ha vivido un proceso de transformación. Ya no es tan fácil engañar a la gente. Antes, los medios de comunicación tradicionales (la televisión, la radio y la mayoría de la prensa) tenían una influencia decisiva en lo que pensaba la población. Hoy eso ya no es así. El pueblo de México ha tomado consciencia de su entorno, y aunque esté expuesto a mentiras, ya no se las cree.
Por eso, que los de oposición lancen campañas costosísimas y tan mentirosas para desprestigiar a los gobiernos de la Cuarta Transformación, significa no sólo una pérdida de dinero para ellos, sino un acto de desesperación y un fracaso en el objetivo buscado.
Quienes están detrás de esas campañas no han entendido que México ya cambió, y que las mentiras, por mucho que se repitan, no tienen el efecto que antes tenían.
