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Es urgente que las instituciones de salud revisen sus mecanismos de atención y brinden mayor respaldo a quienes declaran pues sin medidas el acoso seguirá vivo
REDACCIÓN, GRUPO CANTÓN
EdomeX.- En el sector salud, muchas trabajadoras enfrentan un problema estructural que impide la denuncia de acoso laboral, por parte de sus superiores. La ausencia de un verdadero protocolo de atención y las prolongadas demoras en los procesos judiciales, han generado un entorno en el que la mayoría de las víctimas opta por el silencio.
Recientemente, en el Hospital General de Zona 197 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Texcoco, trabajadores realizaron un paro laboral para exigir la destitución del director Diego Alberto Alvarado Suárez, señalado por acoso laboral, abuso de autoridad y agresividad. Médicos, enfermeras y personal administrativo han denunciado la existencia de un ambiente hostil marcado por la intimidación y los malos tratos.
Las trabajadoras de salud que son víctimas de acoso por parte de sus superiores, suelen enfrentarse a un proceso desgastante para obtener justicia. Muchas veces, las denuncias no proceden por la falta de mecanismos claros de atención, lo que perpetúa la impunidad y desalienta a las afectadas a hablar sobre sus experiencias. En numerosos casos, la presión laboral y el miedo a represalias las obligan a permanecer en silencio.
Aun cuando existen protocolos formales dentro de las instituciones de salud, en la práctica su aplicación es deficiente o nula. No hay garantías reales para que las denuncias se investiguen de manera diligente y con perspectiva de género. Los tiempos prolongados en los procesos administrativos y legales, terminan desgastando a las denunciantes, quienes muchas veces optan por abandonar sus casos ante la falta de resultados.
Los trabajadores advirtieron que continuarán con las protestas hasta recibir una respuesta concreta y acciones que erradiquen el acoso laboral.
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