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Mientras que, en el mundo, la presidenta Claudia Sheinbaum es noticia y portada, en México pocos diarios han destacado su gran papel en la negociación con Estados Unidos ante los aranceles, tampoco que la aprobación actual de la presidenta subió a un 81%, un dato insólito para un gobierno; la importancia de la aprobación se refleja en la fuerza que se le otorga como representante de la nación. Es curioso observar que los mismos de siempre, con algunas excepciones tratan de minimizar el logro de la presidenta “solo un mes”, “no lo tiró”, “¿qué daría a cambio?” y muchas otras “interpretaciones”, sin embargo, para los directamente afectados (que en suma seríamos todos), un retraso de un mes, un día o unas horas, representa la estabilidad y la continuidad de nuestra moneda y de las cadenas productivas.
Los ataques siguen centrándose en el narcotráfico y en mencionar al expresidente López Obrador, una campaña iniciada por Claudio X, coreada por miembros de la derecha y ultraderecha y financiada en gran medida por la USAID y la NED, en contubernio con la DEA (recordemos los bombazos mediáticos de Tim Golden y Anabel Hernández), juzgando y condenando sin pruebas, su “mala memoria” les impide recordar, quienes son los verdaderos narcos, por ejemplo , las reuniones de Cocoa Calderón, documentadas en un video de Servando Gómez, “La Tuta”, o de Zambada con Fox, o mejor aún, el soborno de 100 millones que el Chapo le dio a Peña Nieto.
Mala memoria o cinismo, como el del panista Jorge Romero que en un spot radial pagado por su partido afirma: “ganamos (…) le dimos estabilidad a México”, cuando aún está siendo investigado por su participación en el Cártel Inmobiliario y que, por cierto, fue un panista, Felipe Calderón, el que abrió de par en par las puertas al narcotráfico en el país a través de su mano derecha, Genaro García Luna, hoy cumpliendo condena en Estados Unidos.
Una pobre oposición que sigue repartiendo culpas sin reconocer los avances que la administración anterior y la actual han hecho por el país. Siguen perdidos, implorando que el “dios” Trump los salve e invada nuestro territorio sin pensar que, si eso sucediera, serían ellos los primeros en caer. El único proyecto de nación que conocen es el de repartirse de nuevo el pastel económico que perdieron y que no volverá.
Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
