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Por Lengua larga
Eso de ser gentil y buena persona no se le da a la nueva presidenta del Partido Acción Nacional en la Ciudad de México, Luisa Gutiérrez Ureña.
Dicen los que la conocen que de buena persona no tiene nada y que desde que asumió la dirigencia del instituto político está más insoportable que antes y eso, aseguran, ya es mucho. La mujer trata con sumo desdén a todos, incluidos a los diputados de la bancada blanquiazul en el Congreso capitalino, menos a su mejor amigo y “huele moles”, Ricardo Rubio.
Esta chismosa solo le cuenta, a usted querido lector, lo que llega a sus oídos y pues de palabras bonitas que Luisa se vaya olvidando porque para ella no hay más que adjetivos calificativos negativos.
Resulta que los malos tratos son el pan de cada día y que a una de las que más ha intentado bloquear es a Laura Álvarez, pero lo hace por la espalda porque sabe que la esposa de Tabe es una de las mejores amigas de Sandra Bada, mujer del líder supremo panista, Jorge Romero y pues ya se imaginará, con lo del jefe nadie se mete.
Y hablando del jefe máximo de las filas panistas dicen que recientemente le pegó un regañadón a Luisa porque es arisca y no escucha las indicaciones que Romero le da.
Y bueno, no escucha que la mujer esté haciendo las cosas bien porque imagínese usted, recientemente fue a clausurar una gasolinera y aseguró en su boletín de prensa que se quedarían ahí para manifestarse por los altos precios.
Cómo se nota que de protestas no sabe, pues la mujer iba de vestido, chamarra de piel y tacones de unos 10 cm. ¡Se habrá visto!
