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Por Jorge Gómez Naredo
La reforma al Poder Judicial va. Ya no hay nada ni nadie que la pueda detener. Los de oposición intentaron tumbarla de forma ilegal vía la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pero no lograron obtener los ocho votos de ministros que precisaban. Así pues, el próximo 1 de junio de 2025 se celebrarán elecciones para elegir a jueces, magistrados y ministros.
Quien organizará dicha elección es el Instituto Nacional Electoral (INE) y, éste, de forma muy sospechosa, ha planteado que el presupuesto necesario para realizar dicha elección es de 13 mil 205 millones de pesos. Esta cifra es demasiado alta. Para la elección presidencial de este año se gastaron 8 mil 802 millones de pesos, pero se incluyeron recursos para partidos políticos y campañas. Por eso resulta absurdo que la elección para elegir a jueces, donde no se financia a organismos políticos ni habrá campañas, se plantee un costo de casi 5 mil millones de pesos más.
Si uno revisa el presupuesto que planteó el INE se encuentra con cuestiones como que se les asignarán a los funcionarios de todo el instituto recursos extraordinarios, además de los que ya reciben como salarios. Este sobresueldo representa mil 39 millones de pesos, y en el INE lo justifican así: “Recibir una remuneración de las labores extraordinarias que realice el personal de Servicio Profesional y de la Rama Administrativa; así como al personal con funciones de carácter permanente del Instituto, con motivo de las altas cargas de trabajo que realizan durante el proceso electoral extraordinario”.
El INE debe comprender que no puede plantear una elección millonaria y más porque jueces, magistrados y ministros no harán campañas. Ojalá replantee el presupuesto que está solicitando. No puede hacer de la histórica elección de funcionarios del Poder Judicial su agosto. No es ético y no se debe permitir.