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Por Ricardo Sevilla
El Poder Judicial es un mundo corrupto y fastuoso. Y ahí, donde la ministra presidenta Norma Piña ha hecho su guarida, los gastos millonarios son la moneda de uso corriente.
De acuerdo con una serie de contratos a los que tuvimos acceso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha estado derrochando fondos públicos como si fueran agua. Y uno se pregunta: ¿qué han estado haciendo con todo ese dinero? Y laa respuesta es vergonzante.
Le pongo algunos ejemplos.
La Corte ha dilapidado 181 mil 830 pesos en transmitir, en exclusiva, el Informe Presidencial. ¿Acaso los pobres y menesterosos ministros ganan tan poco que no tienen televisor en su casa u oficina? ¿O acaso necesitaban una señal privada para no tener que mezclarse con el resto de los mortales?
Pero eso no es nada comparado con los 612 mil 992 pesos que, hace unos meses, la Corte destinó a la adquisición de periódicos y revistas de tendencia conservadora. Y como disfrutan mucho de las opiniones de Krauze y Aguilar Camín, quizá por eso dilapidaron más de medio millón de pesos en suscripciones a las revistas Nexos y Letras Libres.
Y hablando de lujos, la Suprema Corte dilapidó, en un solo mes, 1 millón 647 mil 341 en el mantenimiento de los equipos de cocina, refrigeración y lavandería Y unos se pregunta: ¿acaso los ministros se han convertido en chefs? ¡No! Simple y sencillamente, tienen comedores lujosos donde, honestamente, no siempre comen.
Por si fuera poco, la SCJN derrochó 58 mil pesos en licencias de uso no exclusivo de series y películas Sí, parece que los jueces más importantes del país necesitan entretenimiento de primera clase para relajarse después de un arduo día de trabajo.
Y por si todo esto fuera poco, la cereza del pastel: ¡gastaron 3 millones 208 mil 918 pesos en 18 meses de servicio de telefonía celular e internet móvil! Y es que los ministros necesitan estar bien comunicados. Y qué mejor que sea a costa del pueblo.
Y sabiendo esto, ya todo tiene sentido. Con razón, Norma Piña ha estado recorriendo los medios de comunicación de la derecha, lanzando diatribas y descalificaciones contra la reforma al Poder Judicial. ¿Quién demonios necesita reformas cuando se puede vivir en la abundancia a costa del pueblo?