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El Haragán hace olvidar a reclusos sus penas

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PRESOS BAILAN AL SON DE “ÉL NO LO MATÓ”

CONTINÚA LA GIRA DENTRO DE LOS RECLUSORIOS DE LA CDMX

DEYANIRA CARMONA

REDACCIÓN

GRUPO CANTÓN 

Con el objetivo de fomentar una reinserción integral y de fortalecer la convivencia sana entre las personas privadas de la libertad, El Haragán y Cía se presentaron en la Penitenciaría de la capital, ubicada en la alcaldía Iztapalapa.

Cuando los integrantes de la agrupación salieron al escenario, los gritos de felicidad y alegría de más de dos mil hombres, se escucharon hasta la entrada del penal.

En los rostros que reflejaban tristeza y enojo, de pronto, se pintó una enorme sonrisa al escuchar “¿Qué va a ser de Dios?”, uno de los más grandes éxitos del grupo que desde su formación en 1989, ha representado a todo México.

“¡Hay un niño!, ahí tirado en el vicio en avanzado estado de ebriedad y la gente pasa y lo mira y nadie dice nada; nadie se le acerca, nadie se lo lleva, ¿qué va a ser de él, Dios?”, cantaban mientras las luces del escenario iluminaban sus rostros.

LÁGRIMAS Y RECUERDOS

“Esa rola está bien pasada de lanza, me recuerda un chingo de cosas”, dijo un reo mientras miraba a su amigo, pues desde que el cantante Luis Álvarez comenzó a cantar “Desenfundó su puñal y se dispuso a robar una gran tienda de abastos popular. Solo tenía 17 años, bien vividos, mal vividos, ¿qué sé yo?”, no se separaban, ni dejaban de platicar sus vivencias entre ellos.

Algunos con relojes y cadenas, movían sus cuerpos al compás de “Él no lo mató”, sin embargo, otros utilizaban las gafas de sol para ocultar las lágrimas que rodaban por sus mejillas, quizá tras recordar el motivo que los había llevado a ingresar al penal.

A los alrededores, a varios hombres se les observaba con una expresión fría y reservada, pues solo miraban a Francisco Yescas tocar la guitarra, al momento en que se movía de un lado al otro sobre el escenario, para crear más ambiente.

NO PARABAN DE BAILAR

La banda se prendió cuando comenzó a sonar “Antes me gustabas”, pues entre la multitud se comenzaron a hacer varios círculos. Al centro solo pasaban los hombres que querían bailar y sobre todo realizar sus mejores pasos.

“Antes me gustabas, cuando te peinabas, cuando te arreglabas, cuando te bañabas y ahora no, ya no me gustas más. Estás tan desarreglada y despeinada, que ya no me gustas nada”, cantaban, mientras veían el cielo y dejaban sus manos colgadas, disfrutando de la música.

Aunque al alrededor, de todos los masculinos privados de la libertad había policías adscritos a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) cuidándolos para evitar cualquier inconveniente, a los presos se les veía despreocupados, pues se desplazaban con normalidad, al momento en que se besaban y abrazaban integrantes de la comunidad de la LGBTTQ+, sobre la explanada conocida como “El Pueblito”.

Después de entonar la canción de “Muñequita Sintética”, Luis Álvarez dijo unas palabras de agradecimiento, pues reconoció las muestras de cariño y el afecto por parte de la población penitenciaria.

También reconoció que ha sido de las presentaciones en centros penitenciarios, donde más público ha tenido e invitó a los presentes que en todo momento disfrutaran del concierto y se sintieran en libertad.

Entre los cientos de reos que vestían pantalones o bermudas de mezclilla, se observaban los diferentes estilos que cada uno le daba a sus atuendos, producto de su personalidad. Los tatuajes con arañas, cobras, cristos y rosarios los lucían en la zona de los brazos y la espalda, parecía que los dibujos cobraron vida, por la buena vibra y de la alegría que se sentía en el lugar.

DIRECTIVOS

Al evento asistió el Subsecretario del Sistema Penitenciario, el licenciado Omar Reyes Colmenares, el director de la Penitenciaría, licenciado Guillermo Mandujano Rosillo y autoridades del Sistema Penitenciario quienes entregaron reconocimientos a la agrupación y agradecieron el esfuerzo por continuar la gira en los reclusorios capitalinos.

“Tuve un sueño” fue la canción que más marcó a los privados de la libertad, tal vez, por su letra conmovedora o por el buen ritmo que traía.

“Anoche tuve un sueño, soñé que era yo mejor, que era feliz, que era libre. Desperté llorando hoy al darme cuenta qué tengo que cargar con tu vida y la mía. Y si me dieran una oportunidad y si tuviera la oportunidad de cambiar, trataría de no pisar el mismo camino”, se decían entre ellos, algunos realmente arrepentidos, otros no tanto, pero todos sintiendo que no había muros ¡Estaban en libertad!

GIRA

El Barajan y Cía continuarán realizando conciertos en diferentes penales de la CDMX

NUMERALIA

2000 personas privadas de la libertad presenciaron el concierto.

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