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Arreando al elefante | El PRD ha muerto

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Por Ricardo Sevilla

Ha muerto el PRD. Y lo enterró una tribu de trepadores apodada los Chuchos. Jesús Zambrano y Jesús Ortega le dieron su última estocada. Los desbordó su ambición y su falta de pericia política. Estos sujetos querían fama, poder y fortuna. Y se olvidaron de lo esencial: ponerse al servicio de la ciudadanía.

Quién iba a pensar que un partido que nació de la fusión de seis fuerzas políticas de izquierda iba a terminar así, en el basurero de la historia.

El PRD ha escupido sobre la herencia del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y del Partido Socialista Unificado de México (PSUM).

Los Chuchos han orinado en la lápida del Partido Patriótico Revolucionario (PPR) y del Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP).

Ignorantes y narcisistas, los sepultureros del PRD se pasaron por el arco del triunfo el legado que les dejó la Unión de la Izquierda Comunista (UIC) y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST).
Y es que el PRD fue un partido que, en su momento, llegó a ser la segunda fuerza electoral de México.

Fundado el 5 de mayo de 1989, tuvo entre sus huestes a personajes sumamente emblemáticos, como Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez e, incluso, el actual presidente de México: Andrés Manuel López Obrador.

Pero eso, lamentablemente, ya es historia, es agua pasada. Ahora, la realidad que ese partido enfrentó ha sido letal: 35 años después de su nacimiento, el PRD ha perdido su registro.

Desde aquella traición inmunda contra el pueblo de México que fue denominada “Pacto por México”, en 2012, el PRD traicionó su origen, su trayectoria y se convirtió en cómplice de la oligarquía corrupta encabezada por el PRI y el PAN.

Y esa catástrofe la llevarán, hasta el último día de su existencia los Chuchos. ¡Felicidades, Jesús Zambrano! ¡Felicidades, Jesús Ortega! ¡Ustedes fueron quienes arrojaron las últimas paletadas de tierra panteonera en la tumba del PRD!

Es triste recordar que el lema de los perredistas solía ser: “¡Democracia ya, Patria para todos!” Pero eso fue en otra época, en un tiempo que ya sólo quedará en el recuerdo. Desde hace tiempo, el PRD estaba en terapia intensiva y hoy, viejo, achacoso y carcomido, ha muerto.

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