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Facultad de Medicina de la UNAM, acostumbrada a la impunidad

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De la facultad dónde surgieron más rectores, sus administrativos se acostumbraron a poder hacer negocios internos con contrataciones irregulares.

OMAR MONTALVO

GRUPO CANTÓN

Ciudad de México. – La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a cargo del rector, Leonardo Lomelí, aclaró ante la opinión pública que las cuentas bancarias de la institución no fueron bloqueadas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que dirige Pablo López, pero las investigaciones por las cuáles se generó incertidumbre en el manejo de recursos de la universidad se concentran en el caso específico de Luis Arturo González Nava, exsecretario administrativo de la Facultad de Medicina.

González Nava desde su puesto estaba encargado de manejar el presupuesto de la Facultad de Medicina, la escuela con mayor dinero de la UNAM, pues sus recursos públicos anuales ascienden a 2 mil 157 millones de pesos.

Las cuentas que manejaba Arturo Nava para la Facultad de Medicina pertenecen a las instituciones bancarias Banamex, BBVA, HSBC, Santander y Scotiabank.

En dichos bancos fueron congeladas las cuentas responsabilidad de González Nava, además de aquellas de uso personal. El exsecretario de administración de la Facultad de Medicina empezó a trabajar para la UNAM a inicios de 2021 y duró hasta septiembre de 2023, pero antes se desempeñó como parte de una consultoría financiera propia y en la antes Procuraduría General de la República (PGR), según la información pública disponible.

Las irregularidades financieras relacionadas con el lavado de dinero las detectó la UNAM hasta el pasado mes de enero al intentar una transacción bancaria, por lo que solicitó un amparo aún sin solventar por la falta de notificación del congelamiento de las cuentas.

Este no es la primera irregularidad reciente que se detectó en la Facultad de Medicina, pues en el mismo trimestre que González Nava dejó de laborar para la UNAM, otros administrativos de la misma escuela fueron cesados de su puesto como las personas encargadas de las áreas de Aprovisionamiento e Inventarios al tramitar cuarenta contrataciones de forma directa con proveedores en los que tenían alguna relación sentimental o de parentesco.

El modus operandi en la Facultad de Medicina era replicado mientras la UNAM tenía de rectores a médicos, quienes han sido acusados por la comunidad académica y estudiantil de permitir todo y asignar un exceso de recursos a dicha facultad.

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