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En Acapulco se forman 12 horas por una despensa

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Bajo una temperatura de 30 grados hacen fila desde la madrugada para recibir arroz, frijoles y leche en polvo

CATALINA CRUZ Y FERNANDO BRAVO

A dos meses y medio del huracán Otis que dejó a miles de personas sin hogar y trabajo; Acapulco no se ha podido levantar a pesar del esfuerzo del Gobierno Federal, “años se van a llevar para que se recupere Acapulco, no meses”, dijo la señora Consuelo, formada más de 12 horas para recibir una despensa.

El 25 de octubre del 2023, Acapulco, Guerrero quedó en la oscuridad, los hoteles, casas y restaurantes destruidos, tras el paso del fenómeno que además, arrasó con decenas de vidas. La zona costera fue la primera en sentir el huracán, sin embargo los habitantes de las colonias aledañas, así como de los pueblos, de igual manera perdieron sus bienes.

Miles de habitantes de Acapulco viven del turismo, por lo que ahora buscan la manera de salir adelante, incluso deben formarse más de 12 horas para recibir una despensa, la cual les permite sobrevivir.

Arroz, azúcar, tortillas, leche en polvo y sardina son algunos de los productos que el Gobierno federal entrega a los guerrerenses, no obstante, para recibir los alimentos deben madrugar o llegar a las 5 de la mañana para alcanzar una caja.

Los habitantes se forman fuera de la Multiplaza Las Palmas, ubicada en Blvd. de las Naciones, bajo el rayo del sol a una temperatura de 30 grados, la fila rodea dos veces el estacionamiento, algunos guerrerenses mientras esperan más de 12 horas se cubren con paraguas.

En un recorrido que realizó Diario Basta! constató la interminable fila que sufren a diario los habitantes de Acapulco, como es el caso de la señora Elvia Socorro, quien pide a los turistas que visiten Acapulco “para que nos den trabajo en la playa Bonfil y empecemos a dar masajes”.

A unos metros de la señora Elvia estaba Rosa García, habitante de la colonia Arenal, “llegué desde las 6 de la mañana, es el apoyo que está dando el gobierno, yo perdí todo, mi casa, en estos momentos lo que me hace falta es mi casa”, enfatizó mientras esperaba su caja de despensa.

Marlen de igual manera llegó desde las 6 de la mañana para ser acreedora de unas bolsas de arroz y frijoles, “la despensa sí es suficiente, nos alcanza para comer, aunque necesitamos más apoyo, los censos ya no los están haciendo”.

Además, de no tener comida suficiente los habitantes acusan que a raíz del huracán Otis la delincuencia se desató, “Acapulco no es seguro, aquí ya no hay seguridad, salimos a las calles con precaución. Ya que hay balaceras y en el transporte público hay asaltos, nos da miedo que nos roben hasta la despensa”, dijo Rosa.

La economía de Acapulco depende casi por completo del turismo, y hay comparativamente pocos visitantes en la ciudad, en parte porque sólo se han reparado unas 4 mil 500 habitaciones de los hoteles, una pequeña fracción de las decenas de miles que alguna vez tuvo la ciudad.

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