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JORGE GÓMEZ NAREDO
@jgnaredo
Durante más de tres décadas los gobiernos neoliberales desmantelaron al estado mexicano. Remataron cientos de empresas, y lo hicieron de forma corrupta: prácticamente las regalaron a personajes cercanos al poder. Fue un festín de actos inmorales e ilegales.
En 2018 llegó a México un gobierno antineoliberal, que lucha por un Estado con capacidad de acción y por brindar bienestar a la población. Sí, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador es antineoliberal y se nota.
Por ejemplo, se ha recuperado buena parte de la soberanía energética. Se han puesto en marcha programas sociales que permitieron no sólo lograr algo de equidad, sino aminorar las desigualdades. El del Estado ha invertido en la elaboración de obras como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya y el Interoceánico, la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, y un largo etcétera.
Pero luchar contra el neoliberalismo no sólo es una cuestión de discurso o de acciones concretas, sino que también se tiene que desmantelar un conjunto de normativas (muchas de ellas constitucionales) que impusieron durante los últimos años los gobiernos del PRI y del PAN.
Por eso, el presidente López Obrador anunció ayer que enviará dos reformas constitucionales antes de dejar su cargo.
La primera, para que el salario mínimo aumente lo mismo o más que la inflación. Así lo estableció el mandatario: “aquí hago el compromiso de que antes de que yo termine mi mandato voy a enviar una iniciativa de ley de reforma al artículo 123 de la Constitución para que se establezca que nunca, jamás, va a aumentar el salario menos que la inflación, nunca más. Vamos a seguir con esa política”.
La otra reforma es para modificar el sistema de pensiones, el cual cambió con Ernesto Zedillo y que es muy injusto para los trabajadores.
Así pues, el neoliberalismo no sólo se desmonta con programas sociales y construcción de obras, sino también con cambios constitucionales. Ese camino es tardado y depende del pueblo, pero ya se está recorriendo.
